31.5.20

Aceptar lo que nos disgusta no debe ser resignarse

Las frases hechas esconden realidades muy válidas aunque nos guste descalificarlas por entender que al auto ayuda, la ayuda que nos damos nosotros mismos, no sirve de anda. Confundimos al cerdo con el jamón.

Este cartel en la puerta de una panadería zaragozana habla de algo muy sencillo que no siempre tenemos en cuenta.

"La Felicidad emerge tras la aceptación de lo que nos disgusta"

Podría parecer una frase de aceptación de la derrota, de sumisión incluso, pero al revés es una frase que nos indica que si queremos ser felices, algo imprescindible para alcanzar cualquier otro estado, debemos aceptar lo que no nos gusta, pues es imposible que todo lo que rodea nuestras vidas nos agrade.

Aceptar es sobre todo entender, asumir, pero no supone dejar de pelear por mejorarlo, por cambiarlo, por defendernos. Aceptar es mirar y recibir, pero no debe ser como se piensa una resignación, sino un "recibir" y a partir de este momento y ya sin sufrimiento, ver de darle la vuelta.

29.5.20

Caín y Abel no era literal. Eso es lo malo, pues eran españoles

Perdidos en un mar de insultos van los políticos por las Cortes o por el Congreso, deambulando buscando la salida. No sé a qué Universidad hay que ir para aprender a insultar rápido y con acidez humorística. Pero igual son simples cursos por correspondencia. 

El caso es que lo hacen bien pues entretienen a los suyos y crean ese caldo de cultivo violento que tan bien les sienta a los que tienen las armas aunque sea en forma de billetes y empresas gordas. 

Como dice Vicenç Navarro hoy: Se insulta desde el nacionalismo ultra, para defender a los ricos liberales de siempre. 

No quisimos emprender una Lucha de Clases cuando tocaba, y ahora los ricos riquísimos que mandan sin tener que gobernar, están muy crecidos y tienen muchos muñecos de guiñol para mover los tentáculos sin dar un Golpe de Estado. 

Lo advirtió ayer Pablo Iglesias. Pero decir lo que se piensa aunque sea verdad o lo parezca de forma brutal… a veces suena feo. 

En cuanto acabemos con el Virus nos entrará la bacteria de querer jodernos a garrotazos. 

Nos lo dijo Goya y nos hizo gracia. Pero también nos lo dijo un libro que se llama La Biblia con la parábola de Caín y Abel y pensamos que aquello era literal.