17.4.20

Los bulos solo se evitan con verdad de la buena

Son y serán decenas los cambios necesarios en nuestra sociedad para salir de este problema derivado de la pandemia y para construir una sociedad capaz de saber defenderse mucho mejor. Pero quiero antes de nada advertir a los que nos adjetivan despectivamente a los que opinamos del Coronavirus: “Entrenadores del lunes” con una realidad triste, dolorosa y fácil para responder a los que les gustaría controlar todo tipo de información.

Ellos, los que quieren que no se opine y trabajar decidiendo desde distintas opciones gubernamentales o de gestión, ellos: fueron LOS PRIMEROS entrenadores del lunes, pues ni vieron venir la gravedad del momento, ni supieron tomar decisiones antes de jugar el partido social del drama que empezó como una enfermedad y de momento ya es una gran crisis de la sociedad. Se tomaron decisiones parciales, lentas, tarde, y sin material de defensa sanitaria.

Es tiempos —al menos en España, pero también en todo el mundo— de muchos cambios, hay que ir preparándose con urgencia pero con dedicación e inteligencia social

No es asumible lo que ha sucedido en las Residencias de ancianos. Tampoco es asumible los distintos criterios de pollo sin cabeza en asuntos tan fáciles y peligrosos como el número de fallecidos, la falta de material de defensa sanitaria, o sobre la Educación en todas sus edades.

No será asumible continuar con el elevadísimo número de denuncias por saltarse el Estado de Alarma que no siempre se ajustan a Derecho, como tampoco lo tendrá para el futuro unos planteamientos de confinamiento como los actuales, para los que hay que elaborar un Libro Blanco claramente complejo pero distinto.

Y sobre todo debemos recuperar la credibilidad de España entre los españoles y ante el mundo. Se ha jugado excesivamente con lo números, con las declaraciones, con los bulos y mentiras, pero desde múltiples ópticas, que son inasumibles en periodos de Paz y en el siglo XXI donde es muy complejo mentir sin que se detecte. Y mentir no es solo decir lo contrario a la verdad, también es manipular la verdad, callar algunas verdades, creer que la sociedad es un conjunto de personas infantiles.

La única manera de evitar BULOS es simplemente hacer creíble al que transmite la verdad.

15.4.20

Un virus nos puede ganar, mientras nosotros nos dejamos perder

Acabo de venir de comprar de un supermercado muy valenciano. No había ido desde el confinamiento, estuvimos creo que el último día de libertad. Y he salido tocado. Faltan muchos productos, aquello ya no era lo de siempre, no era una tienda “de verdad” sino algo que refleja la guerra sin nombre, sin frutas ni verduras, sin jamón o algunos embutidos, sin carne de cerdo o de pollo. Sin pollos asados y sin muchos tipos de cerveza. Sin pipas de calabaza o algunos cafés de los que compro. Esa imagen hay que evitarla como sea. Es urgente para la moral de lucha.

Es una tienda muy grande y nueva en la Zaragoza que cumple con respeto todo lo que siempre se le dice, han sido las 5 de la tarde. Ha sido una pena envuelta en pensamientos agoreros. 

Es posible que la semana pasada de confinamiento industrial necesario haya hecho este roto de suministros, pero no quiero pensar qué sucedería si en vez de una semana fuera un mes. Algo muy gordo nos está desbordando y no se nos explica bien. 

En varias ocasiones el Gobierno se niega a responder sobre posibles enfermos ya curados que han vuelto a recaer sin tener —como con otros virus— una inmunidad adquirida. Sabemos que esto en Corea del Sur parece que podría haber pasado también. Pueden ser fallos puntuales de ALTA sin curacióon total, por eso la información es fundamental para evitar bulos.

Seguimos sin conocer el número real o incluso aproximado de fallecidos que podría ser más del doble del que se dice como oficial al no sumar los fallecidos simplemente con síntomas. Sin estadística real no se pueden elaborar análisis de soluciones, caminos de salida. Pero creo que eso no lo entienden igual todos. Ayer estuve en un entierro en Martorell, de una persona que vivía en Residencia de ancianos y falleció por no poder respirar. No la hemos visto y nos imaginamos que la caja que enterramos iba con ella dentro. No había flores, velatorio, cura. Ella había ido a todos los funerales de la familia, de sus vecinos y vecinas. Estuvimos tres personas de la familia.

La bronca política de hoy en el “mini” Congreso de los Diputados para evitar contagios ha sido un mal presagio. ¿Qué nos quedará de lo que era España tras esta debacle en forma de virus?