30.3.20

Viniendo de Cerca 18 - Primera víctima mortal no china

El día ocho de febrero se produjo la primera víctima mortal no china del coronavirus en Wuhan: un estadounidense de 60 años sobre el que la Embajada de Estados Unidos en Pekín no quiso dar más información para preservar la privacidad de sus familiares. 

Un japonés sexagenario, sospechoso de estar infectado con el coronavirus, también ha muerto en un hospital de Wuhan

En Francia se anuncian cinco nuevos casos: cinco británicos, entre ellos un niño, que se contagiaron en una estación de esquí donde se alojaron junto a una persona que había estado en Singapur. 

Las alarmas mundiales deberían haber saltados totalmente en este momento, para empezar a fabricar con urgencia en todo el mundo materiales de defensa ante la enfermedad como mascarillas, caretas, gafas o trajes de protección, además de métodos de detección.

El día nueve Sanidad en España confirma un caso de coronavirus en Palma de Mallorca. Se trata de un paciente británico ingresado en el Hospital Universitario Son Espases. Los otros tres pacientes de la misma familia británica, han dado negativo. 

Con 813 muertos, el coronavirus ya se ha transformado hacia una enfermedad global muy grave, siendo diagnosticados 6.188 casos graves, y las autoridades chinas advierten que la cifra no dejará de crecer. 

Un día después la Comisión Nacional de Salud de China ha elevado el número de muertos por el coronavirus a 908 entre los 40.171 contagiados diagnosticados en el país asiático. La epidemia continúa propagándose en el mundo y hay más de 320 casos de contaminación confirmados en unos treinta países fuera de China.

Viniendo de Cerca 17 -¿En qué nos hemos convertido?

Hoy hemos escrito cartas a enfermos de Coronavirus que están esperando la libertad en hospitales de toda España. Ha surgido una idea simpática para entretenernos y para que les lleguen mensajes de apoyo a los que están en la cama. Al menos media docena de hospitales han organizado recogidas de cartas que van repartiendo aleatoriamente a los enfermos ya que a ellos no les pueden recibir sus familia. 

No sé si seremos capaces de entender bien todo lo que está sucediendo a escala humana. Se nos mueren solos los enfermos, no visitamos a los ancianos en las Residencias pues está prohibido, la soledad acompaña a la enfermedad rodeado de muchos más enfermos que también siguen en silencio el miedo y la pena en esa misma soledad que parece la puerta de la muerte. 

Nos creíamos seguros y llenos de derechos, y nos han estampado en la cara la cruda realidad de la debilidad animal, de lo frágiles que son los derechos si no hay base para sustentarlos. 

Nada es para siempre, nada es fijo, nada es seguro. Y lo primero que se pierde son los derechos. 

Puedes ser “algo” o incluso “alguien”, puede ser “todo” para unos pocos, pero pierdes todo cuando dejas de ser una persona para convertirte en un problema, en un número, en una parte de una estadística. 

No sé si saldremos mejores, pero sin duda saldremos heridos, más tristes, y algo más débiles. Ahora depende de nosotros, de cada uno de nosotros, que hayamos aprendido la lección.