2.1.20

Nos gusta jugar a las guerras. Dicen que para evitarlas

No es bueno empezar el año con dos detalles bélicos viejos, reactivados por idioteces de los que tienen la obligación de ser sensatos pues para eso mandan sobre la vida en el mundo. Por una parte el coreano sin personalidad advirtiendo que ya tiene una nueva arma estratégica con acciones traumáticas. Y por otra parte el asalto a la embajada de los EEUU en Bagdad.

En el año 2003 los EEUU invadieron Irak y desde entonces su presencia es fuente de conflictos más que de soluciones en una zona siempre a punto de estallar, salpicada de guerras constantes. Pero es en 1990 cuando se inició la Primera Guerra del Golfo aquella que llamaron los simpáticos del mundo “La Madre de todas las Batallas”.

Es posible que se nos diga incluso con una cínica sonrisa en los labios que en el mundo siempre es necesario tener guerras, para evitar que haya una sola a la vez y repartida por todo el mundo mundial. Son como esas válvula de escape que llevan las ollas a presión. Es mentira aunque la persistencia de la realidad llegue a convencernos de que es verdad.

Los niños catalanes también necesitan creer en los milagros

Quiero mostraros esta imagen de Barcelona con niños creyendo que la felicidad depende de creerse que todo es posible, incluyendo pompas de jabón que salen de la nada para flotar y explotar sin motivo aparente. El milagro de la inocencia que convierte en alegría lo simple.

Cataluña está dolida, herida, partida, con deseos de reencontrar la calma y el sentido común. Y el resto no se lo estamos poniendo fácil. Por el camino que vamos andando dejaremos de creer enseguida en los milagros y en cambio es necesario volver a la inocencia infantil de que todo es posible, incluido creer en los milagros de las pompas de jabón que vuelan y desaparecen.

Con Cataluña podemos hacer muchas cosas, pero solo una es válida. Hay que hablar. Todo lo que no sea dialogar será empeorar las cosas, si no en el corto plazo, sí en los meses y años posteriores. No hay que doblar las rodillas, ni ceder lo imposible o ilógico. 


Pero tampoco hay que dejar de reflexionar, pues hay muchas formas de hacer las cosas, muchos países que funcionan muy bien con diferentes maneras de unir Estados o Lander, o nacionalidad o idiomas distintos. Copiar en esto no está prohibido.