30.12.19

Tras Teruel Existe, y Soria ¡Ya!, surge León. Madrid es tonto

Tras la lógica unión del “Teruel Existe” con un diputado en Madrid lo inevitable es que opciones como “Soria ¡Ya!” quisieran un espacio propio al menos de voz y queja, o que León decidiera —como lleva años y décadas reclamando— que ellos no tienen nada que ver con Castilla la Vieja y sin duda con el vecino Valladolid al que ven como enemigo. Son asuntos que en sus respectivos territorios se conocen desde hace muchos años, y de forma contundente en algunos casos.

La culpa de todo la tiene esa excesiva centralidad de Madrid, ese nacionalismo brutal del Madrid que todo quiere controlar, y que logra que se vayan creando espacios de nacionalismo interno y diferente, que quieren reclamar atención, justicia y lógica social.

Hoy es Soria o León, Aragón o Extremadura, esa España vaciada, mal entendida, a la que queremos desde Madrid arropar axfisiando sin preocuparse ni de sus problemas ni de sus realidades. El número de tontos históricos va creciendo.

Terminamos 2019 con guerras que es lo que mejor sabemos hacer

Una de las guerras mas absurdas del mundo en esta década es la de Afganistán, un enorme espacio geográfico muy diversos e inhóspito donde las guerras son casi imposibles de ganar y donde las personas son como siempre las únicas que pierden.

Iniciada en el año 1978 sigue en la actualidad con algunos espacios temporales de calma tensa y con un salpicado de sopa mundial donde tan pronto se está metido en una guerra contra las rusos como contra sí mismo o contra los EEUU, por motivos estratégicos, religiosos, de inestabilidad en la región o de simple campo de experimentación mundial.

La inmensa mayoría de los afganos no han conocido Afganistán en paz, son jóvenes que han visto la sangre y las mutilaciones en sus propias caras. Que han visto sufrir y perder a sus familiares, y que no tienen una estructura social comparable al siglo XX. Los que hoy son enemigos mañana pueden ser amigos, lo que hoy es odio mañana puede ser muerte o amistad. Nada vale excepto la muerte o el dolor.

Pero Afganistán está muy lejos y además fue el país al que se catalogó de amigo de terroristas, de talibanes y de conflictos exportables. Seguiremos jugando a la guerra con ellos. Y seguiremos diciendo que somos cristianos. Pero que no se nos olvide que la globalización nos lleva a que España esté en Afganistán.

Fotografía de ALTAF QADRI para AP. Menores víctimas de la guerra, en diciembre de 2019 en un centro médico de Kabul, capital de Afganistán.