21.12.19

¿Se pueden organizar mejor los partidos políticos en su trabajo? 02

Cualquier organización que gire su funcionamiento sobre personas que están voluntariamente colaborando o trabajando alrededor de otras personas que trabajan de forma fija en un puesto de trabajo de la misma organización, es una empresa compleja para crear unos Recursos Humanos válidos y eficaces pues se crean diversos caminos de gestión, al tener diversas motivaciones en su trabajo.

Pero también es cierto que juegan con algunas ventajas tremendas como es la propia ideología, que logra que se puedan tener elementos personales activos que de forma gratuita trabajen si se les sabe gestionar bien y no caigan en la desafección del Grupo.

Ni las exigencias pueden ser iguales entre los dos grupos de procedencia laboral (unos cobran y otros son voluntarios, pero todos trabajan) ni a los voluntarios se les puede dejar que no tengan responsabilidad por lo que hacen


Que no tengan recompensa económica no los exonera de tener responsabilidad y exigencia de alcanzar unas metas.

En ambos casos la motivación debe ser potente, diferente pero viva y constantemente actualizada, pues los que son trabajadores con sueldo también observan el trabajo de los voluntarios y pueden dudar entre exigencias, responsabilidades, puestos en el escalafón teórico, etc. 

No porque sean voluntarios sin cobrar honorarios son menos importantes en la organización y al revés. No tendría nada que ver el cobro de sueldo con la importancia en la organización y gestionar esto es complejo.

Nunca y esto hay que remarcarlo, deben existir problemas personales importantes dentro de cualquier organización. En las de tipo político o social menos que en las meramente laborales puras, pues en las primeras se mezclan muy diversos motivos de pertenencia.

Si un conflicto de relaciones entre personas en una empresa económica se resuelve al final y si no hay acuerdos con la separación de personas, en una organización política o social esto es mucho más complejo, por los que hay que actuar de forma diferente, antes incluso de que se los problemas se enquisten y sobre todo de forma mucho más gradual y suave.

Hay que tener en cuenta que los item conflictivos de una organización social o política son mayores que en una empresa laboral y por ello las soluciones a los problemas personales son más complejos y sobre todo más fáciles de enquistar o de formar castillos de defensa personal.

Sobre todo en una empresa laboral se tiene miedo a perder el trabajo, mientras que en una organización social incluso se tiene la posibilidad de crear “familias” o tendencias que intenten hacer palanca para lograr poder.

Pero estamos hablando de optimizar el trabajo, y los resultados de las organizaciones de personas que trabajan para una causa común.


Julio Puente Mateo

20.12.19

¿Se pueden organizar mejor los partidos políticos en su trabajo? 01

Una enorme duda que rodea a todas las organizaciones sociales y sobre todo políticas en este ya avanzado siglo XXI es responderse a una cuestión crucial: ¿De qué manera nos organizamos para ser más eficaces?

A la duda hay que añadir algunas cuestiones contundentes. ¿Qué es ser eficaz? ¿Qué pretendemos lograr, dónde ponemos la meta o el objetivo? ¿De qué manera nos podemos organizar para lograr una participación válida?

Porque precisamente esa es la otra cuestión. ¿Qué es una participación válida en el siglo XXI donde en política todo dura quieto muy poco tiempo? 


La cintura política, que en algunos empresas llamamos trabajar a diversas velocidades, es FUNDAMENTAL. Nada es fijo, nada es constante, hay que estar preparados para cualquier cambio a una velocidad que a veces sorprende.

Pero volvamos a la participación. Hoy las personas para no estar desafectadas (más en política donde se necesitan muchos voluntarios gratuitos) requieren un trato en las organizaciones muy similar al que se lleva pregonando tener en las empresas de éxito. Unas buenas relaciones entre los diversos recursos y una empatía y motivación que sepa trabajar a cada persona de forma diferente.

A cada persona hay que asignarle un trabajo determinado, un tiempo y un objetivo, una meta. Y nunca (voy a repetirlo) NUNCA hay que revisar su trabajo como si lo hubiéramos realizado nosotros. Siempre se ejecuta con arreglo a las normas e indicaciones dadas, pero con la libertad de cada persona en su ejecución.

Muchas veces los problemas de las organizaciones políticas son su jerarquía mal organizada. Es curioso pero uno que ya viene de la empresa privada y de secciones de gestión, se encuentra con divergencias en las gestiones de los partidos políticos, que además de asombrar sorprenden por su “viejuz” u obsolescencia, resultan inoperantes y faltas de calidad.

Se admite que quien manda quiera mandar siempre, pero no es fácil entender que desde un partido político de izquierdas se mande de forma tan “brut” (en catalán es sinónimo de sucio, sin pulir, en basto) cuando en estos tiempos parece lógico gerenciar a través de pirámides muy planas, con participación y con sistemas de motivación contundente.

A las personas, estén trabajando en una ONG, en una iglesia o en una empresa, hay que darles libertad “no controlada” para que realicen su trabajo, y esa manera es la más eficaz para lograr objetivos “controlados” pues cada persona sabe sus objetivos y a quién hay que dar cuenta de las metas logradas.

Nunca crear equipos humanos de trabajo ha sido sencillo. Ni en el deporte ni para empresas nuevas ni para partidos políticos. El ejemplo de los equipos deportivos sirve para entender mejor qué se necesita y es extrapolable a toda organización humana. 

Personas claras en cada puesto de la organización, pero con diversidad de funciones, para poderles encargar diversos objetivos según el momento, el contrincante, la escena a la que hay que enfrentarse.

Siempre se necesitan personas polivalentes, algunas personas capaces de moverse en diversas zonas del trabajo son una calidad media y que sepan moverse a diversas velocidades de logro, y personas auténticamente líderes en lo suyo que marquen calidad y respeto en su trabajo. 

Curiosamente eso también sirve para objetivos muy horizontales, muy participativos, pues al final lo que todo ser humano solicita son soluciones, metas claras y objetivos cumplidos.

Julio Puente Mateo