12.11.19

¿Qué necesita la economía en España para 2020?

España necesita un Gobierno estable como lo necesitan las familias que intentan ser felices o las empresas que desean crecer y tener rentabilidad para pensar en su futuro. La estabilidad es sinónimo de felicidad, rentabilidad, futuro y capacidad de trabajo.

Pero además debemos entender que cuando la economía global está depresiva, los Estados tienen que compensara esa depresión económica con una cierta y planificada expansión inteligente


No se trata de que volvamos a un nuevo Plan E o Plan Español para el Estímulo de la Economía y el Empleo que impulsó Zapatero en 2008 para intentar impulsar la economía, pues se trabajó sobre proyectos metidos en el cajón, que no estaban preparados para un momento concreto de la economía, sino para frenar con urgencia la recesión que en ese momento se pensaba puntual y corta en el tiempo.

Hay que preparar un Plan nuevo, diseñado para modificar nuestro sistema económico, productivo y laboral, que logre de una vez bajar el desempleo de forma sustancial y con procesos atemporales y fijos, diseñados para una España que no sabe acercarse a los sistemas económicos de sus vecinos europeos.

Modificar nuestra economía no es fácil, pues requiere cambios muy importantes en numerosísimos procesos sociales. 

Desde la educación a la formación continua  desde nuestras universidades a incluso nuestro sistema de trabajadores públicos, desde nuestras políticas y normas laborales a la formación de nuestros empresarios, desde la creación de un Banco Público de Inversiones a un cambio importante en nuestro sistema de exportaciones, incluso en los procesos básicos de inspección de procesos, de ampliación de nuestros Sistemas de Calidad Total, de control de la economía sumergida, o de la responsabilidad civil y social de muchos de los asesores e inspectores que trabajan en las líneas importantes de nuestros procesos económicos estatales y privados.

Sin olvidarnos de los costes en energía, de modificar ciertos aspectos de nuestros sistemas tributarios y de sus inspecciones, de una reordenación de nuestros acuerdos comerciales, de impulsar el turismo de calidad o de encontrar nuevos mercados tecnológicos o industriales con sello de calidad español.

Viene otra crisis económico y los datos lo señalan

Sin que la mayoría de los trabajadores y clases débiles hayamos podido salir de la crisis económica que empezó en el año 2008 se nos anuncia una nueva crisis económica que volverá a golpearnos a los de siempre. ¿Pero es cierto que viene una nueva crisis?

Si en el gráfico superior observamos la caída que desde 2017 se observa con los datos estadísticos de Comercio, Hostelería, Transporte, Industria y Construcción, se puede comprobar que la caída es superior a la que se produjo en el año 2014 teniendo en cuenta que en España la crisis nos llegó tarde y muy mal. Ya teníamos un desempleo superior a la media de Europa y eso nos castigó mucho más.

El PIB en España —que es un componente y dato claro de la salud de la economía en todos los países, y que se estima que todo lo que sea menor a un 2% es un claro síntoma de recesión económica, que logró asentarse entre el 3 y el 4% en los años 2015 a 2017—, ya se estima inferior al 2% para este final de 2019 y sobre un 1,7% para el 2020 y un 1,6% para el 2011.

Estas cifras son tremendas y contundentes, pues todo lo que sea por debajo del 2% supone pérdida de empleo en el país, y todo lo que no sea crecer más de un 3% una dificultad grande para crear nuevos puestos de trabajo.

Gobierne quien gobierne esto es inevitable, más cuando los modelos de estímulo económico lanzados desde Europa no han funcionado en España lo suficiente y no existe de entrada un gran margen de maniobra para crear nuevos. 


Y es inevitable porque dependemos de mercados exteriores y decisiones que no se toman en España y sobre todo porque nosotros dependemos de un sistema laboral y económico viejo, obsoleto, nada adaptado a las nuevas realidades industriales, y con un punto de inicio de la crisis con un desempleo brutal que además castiga de forma tremenda a una generación de jóvenes muy preparados en la teoría y nada en la práctica laboral pues han tenido que ir cambiando de empleo como quien cambia de camisa y muchas veces fuera de los sectores para los que se ha ido preparando en su juventud formativa.

Julio Puente Mateo - Ajovín - 11 2019