5.11.19

Pablo Iglesias debe mejorar su forma de pedir por favor

No es posible soportar bien la figura de Pablo Iglesias pidiendo por favor a Pedro Sánchez que le deje gobernar, que debe propiciar por favor un gobierno de izquierdas, pues necesita por favor a Podemos para poder gobernar de forma progresista que es lo que piden los españoles por favor.

Tiene suerte el PSOE con un Iglesias que en este tema es blando hasta límites insoportables para sus votantes. Una cosa es que al final Podemos tenga que desbloquear gratis a España, y otra que no lo haga con la cabeza levantada y con energía, que no sea contundente con las formas y los fondos. Hay dos Iglesias, el de las razones y el diagnóstico de lo que necesita España, y el que se pierde ante un PSOE que sobrevalora sin motivo.

Pedro Sánchez no mirando a sus interlocutores cometió el enorme peligro de la intolerancia y la soberbia despreciables hacia todos los que votan diferente al PSOE. No merece ser un Presidente de todos, pues él se cree que todos van contra él, y no sabe tener empatía con nadie. Su prepotencia es intolerable en estos tiempos de diálogo inevitable. 

¿Lista más votada para gobernar? Cuidado no vaya a ser que el 11N aparezca un PP y un Ciudadanos disminuido con un documento común y pidan el respeto de ser ellos la lista más votada.

4.11.19

¿Sirve de algo reflexionar en estos tiempos? ¿Cómo se reflexiona?

No sé si la reflexión está sobrevalorada, tengo serias dudas sobre esto. ¿Sirve de algo ahora reflexionar sobre cualquier algo? Podríamos decir que sí, pero en realidad nadie cree en ella, piensan incluso que es perder el tiempo, que es una forma perfecta de incapacidad para tomar decisiones. Y claro, luego efectivamente se toman decisiones sin reflexionar y se fracasa. O no se toman decisiones que también es tomar una decisión, y también se fracasa.

De entrada la reflexión tiene que ser plural, múltiple, pausada, sobre mesa de verdad y no de bar y con papeles sobre la mesa.
La reflexión debe estar dirigida, no sale de la nada como si fuera un aire, sino que se tiene que dirigir para saber hacia dónde se quiere ir, hasta donde se quiere avanzar en exploraciones de ideas.

De la reflexión tienen que salir reflexiones en plural y nunca mejor explicado. Reflexiones pluralmente distintas incluso contrarias entre ellas, para luego pulirlas, corregirlas, sumarlas y/o restarlas, lanzarlas al ataque de otras personas para que sigan creciendo o menguando esas reflexiones.

Y por fin de la reflexión tiene que surgir un documento en papel, múltiple y a veces complejo, casi utópico, pero que abre ventanas. No se trata de lograr “todo” sino de abrir para que entre aire e ideas.

Una reflexión es la suma de muchas reflexiones, de un proceso que lleva a poner todo en solfa, que introduce el dedo en el ojo del problema y que a veces escuece. No se trata de avanzar hacia la ceguera, sino al contrario, de intentar ver mejor.

Y en ella siempre, salen decisiones inevitables que a veces son duras y dolorosas. No se trata de acertar —que si se acierta es que esto ha funcionado— sino de salir de la parálisis. 


Siempre tras un periodo de reflexión nada es ya igual, aunque parezca que no se han tomado decisiones. 

Una reflexión es para repartir, para sembrar, para dar a conocer. Una reflexión dejada en un cajón no es una reflexión sino un acto fallido de prepotencia.

La decisión de ponerse en modo "reflexión" tiene que partir de lo más elevados poderes del objeto a reflexionar. No sirve de nada, o incluso es contraproducente poner la reflexión por delante de la decisión de reflexionar y construirla sin todos los poderes encima del acto de reflexionar.

Las reflexiones fracasan y no sirven para nada cuando se hacen comunalmente. Cada persona que reflexiona tiene que sentirse partícipe de esa reflexión y hacerla libre, limpia, sin trabas, con toda la libertad posible. No es posible reflexionar en grupos mayores al de cuatro a seis personas. 

Todos tienen que reflexionar, pero no hay que hacerlo todos a la vez. El éxito está en la participación y en saber trocear esa participación para que sea totalmente múltiple pero sin que se mezclen en una masa circular todos a los que en el fondo queremos engañar con que son partícipes, cuando participar es entregarse, cotejar, criticar, sumar, añadir, entregar substancia.

En cualquier proceso de reflexión el papel del Cocinero es fundamental.