4.11.19

¿Sirve de algo reflexionar en estos tiempos? ¿Cómo se reflexiona?

No sé si la reflexión está sobrevalorada, tengo serias dudas sobre esto. ¿Sirve de algo ahora reflexionar sobre cualquier algo? Podríamos decir que sí, pero en realidad nadie cree en ella, piensan incluso que es perder el tiempo, que es una forma perfecta de incapacidad para tomar decisiones. Y claro, luego efectivamente se toman decisiones sin reflexionar y se fracasa. O no se toman decisiones que también es tomar una decisión, y también se fracasa.

De entrada la reflexión tiene que ser plural, múltiple, pausada, sobre mesa de verdad y no de bar y con papeles sobre la mesa.
La reflexión debe estar dirigida, no sale de la nada como si fuera un aire, sino que se tiene que dirigir para saber hacia dónde se quiere ir, hasta donde se quiere avanzar en exploraciones de ideas.

De la reflexión tienen que salir reflexiones en plural y nunca mejor explicado. Reflexiones pluralmente distintas incluso contrarias entre ellas, para luego pulirlas, corregirlas, sumarlas y/o restarlas, lanzarlas al ataque de otras personas para que sigan creciendo o menguando esas reflexiones.

Y por fin de la reflexión tiene que surgir un documento en papel, múltiple y a veces complejo, casi utópico, pero que abre ventanas. No se trata de lograr “todo” sino de abrir para que entre aire e ideas.

Una reflexión es la suma de muchas reflexiones, de un proceso que lleva a poner todo en solfa, que introduce el dedo en el ojo del problema y que a veces escuece. No se trata de avanzar hacia la ceguera, sino al contrario, de intentar ver mejor.

Y en ella siempre, salen decisiones inevitables que a veces son duras y dolorosas. No se trata de acertar —que si se acierta es que esto ha funcionado— sino de salir de la parálisis. 


Siempre tras un periodo de reflexión nada es ya igual, aunque parezca que no se han tomado decisiones. 

Una reflexión es para repartir, para sembrar, para dar a conocer. Una reflexión dejada en un cajón no es una reflexión sino un acto fallido de prepotencia.

La decisión de ponerse en modo "reflexión" tiene que partir de lo más elevados poderes del objeto a reflexionar. No sirve de nada, o incluso es contraproducente poner la reflexión por delante de la decisión de reflexionar y construirla sin todos los poderes encima del acto de reflexionar.

Las reflexiones fracasan y no sirven para nada cuando se hacen comunalmente. Cada persona que reflexiona tiene que sentirse partícipe de esa reflexión y hacerla libre, limpia, sin trabas, con toda la libertad posible. No es posible reflexionar en grupos mayores al de cuatro a seis personas. 

Todos tienen que reflexionar, pero no hay que hacerlo todos a la vez. El éxito está en la participación y en saber trocear esa participación para que sea totalmente múltiple pero sin que se mezclen en una masa circular todos a los que en el fondo queremos engañar con que son partícipes, cuando participar es entregarse, cotejar, criticar, sumar, añadir, entregar substancia.

En cualquier proceso de reflexión el papel del Cocinero es fundamental.

A la política que se dediquen ellos!! ¿Y quién son ellos?

A diferencia de lo que pensáis la mayoría, hoy se es político por dos motivos. Por ser mediocre como yo o por sentirse obligado por ideas que llevas muchos años encima o por los amigos que llevas a tu lado. Ya nadie quiere ser político por prestigio o por dinero excepto que seas un mediocre. Hoy ser político es un oficio de peligro contra tu libertad familiar, conozco muchos políticos con serios problemas familiares por su trabajo, incomodados por la calle, insultados en medio de comunicación, axfisiados de trabajo, y nunca reconocidos.

Yo he estado en el Ayuntamiento de Zaragoza suficientes días hasta las 10 de la noche como para saber que a esas horas se sigue trabajando en política gratuita desde varios partidos políticos diferentes. Somos unos enfermos, lo sé. Como los de muchas ONG. Y he visto dedicar horas y horas a temas que luego se han ido por el agua del WC sin saber bien quién era el culpable de apretar el botón del agua. 

Yo que vengo de la dirección de empresas privadas sé perfectamente el tipo de privilegios que se logran en una pequeña empresa. Y si las compara con las de los políticos me entra la risa floja y a veces se lo digo a mis compañeros políticos. Ellos, que siempre son buenas gentes, nunca lo admiten de buen grado. Nadie quiere sentirse mal por su trabajo.

Si quieres calma, tranquilidad, un buen sueldo, privilegios sin control y decididos por ti, pasear sin que te conozcan, horario “normal” y una familia estable, no te dediques a la política. ¡¡Que inventen ellos!! dijo en un mal día Unamuno que ahora vuelve a estar de moda. Lo malo es que cada vez hay menos “ellos” y más avestruces. Y es imposible funcionar sin políticos, así que ir imaginando quién se hará cargo de esto.