24.6.19

20 necesidades de la izquierda española ¿Izquierda Alternativa?

Creo que España —incluso Europa pero sin duda España— debe empezar a pensar que se necesita una Izquierda Alternativa a las actuales, distinta y con otros condicionantes, objetivos, metas, osadías y rebeldías, que paso a intentar relatar según mi apreciación.

1/ Una izquierda MÁS unida

2/ Una izquierda más contundente, siempre sin violencia

3/ Una izquierda menos funcionarial y más trabajadora

4/ Una izquierda que anteponga la Lucha de Clases a la Lucha de Diferentes

5/ Una izquierda más reflexiva utilizando las mismas herramientas que la derecha

6/ Una izquierda que pelea contra las desigualdades sociales

7/ Una izquierda que sepa y asuma que los enemigos reales están siempre escondidos

8/ Una izquierda que ponga en su valor tanto la Educación como la Cultura, públicas y gratuitas

9/ Una izquierda a la que no le tiemble el pulso de decir que hay que subir los impuestos

10/ Una izquierda más horizontal a la vez que mucho más organizada

11/ Una izquierda sindical de verdad, que mime a los débiles del mundo laboral

12/ Una izquierda que sepa qué sucede en el mundo cuando no hay izquierda

13/ Una izquierda que gestione el nunca hay que decir: “…se gobernará para todos…”

14/ Una izquierda que abrace la globalización POSITIVA pues de la negativo no nos libra nadie

15/ Una izquierda que admita la respuestas complejas a los problemas complejos

16/ Una izquierda que entienda de economía productiva, pues hay economías de izquierda

17/ Una izquierda LIBRE, reflexiva, alternativa, cambiante, abierta, exigente

18/ Una izquierda que explique muy bien que el planeta actual es insostenible

19/ Una izquierda que sepa explicar que la vida debe ser girar alrededor de las personas

20/ Una izquierda que abra puertas, y que plante cara a los que las quieran cerrar

Podrían salir cien detalles más, se podría modificar alguno, habría que sentarse en una gran mesa de donde no se podrían levantar hasta llegar a un acuerdo abierto, nos tendríamos que sentar millones de progresistas de todo el planeta para reflexionar y añadir, para ponernos a trabajar.

Sin un programa claramente especificado de metas y objetivos no sirve de nada teorizar sobre lo que es necesario o no. Lo curioso es que las fuerzas conservadoras —las que han logrado que ya nunca más se hable de Lucha de Clases pues suena a violento cuando esto es falso, pues es uno más de los proyectos teóricos de las fuerzas de izquierda— tienen claramente marcado y escrita su propia lista de objetivos. Son muy poco y muy claros. 

Simplemente quieren ganar más dinero, pero para muy pocas personas. Luego pueden teorizar sobre el cómo, el cuándo, el para quién o el para qué. Pero las metas están claramente delimitadas desde hace más de un siglo.

Qué hacer ante un conflicto de bloques, de grupos? Diálogo?

Cuando en un conflicto de grupo o de equipos de un mismo grupo, hay dos bloques perfectamente enfrentados, en una tormenta perfecta de escondidos rencores, de pequeñas diferencias pero que en lo personal se han convertido en heridas sangrantes, toca analizar todas las posibles soluciones, desde la extirpación a la cura de urgencia, desde el medicamento agresivo a la vida saludable, desde el entierro al diálogo. 

Debemos recordar ya de entrada, que los conflictos de Grupo o de Equipos, SIEMPRE, son conflictos entre personas, de muy determinadas personas perfectamente identificadas, como se identifican muy sencillamente los objetivos que pretender lograr con el conflicto. 

Los problema nunca los dan las organizaciones sino las personas que están dentro de las organizaciones.

Normalmente soy de los tontos que recomiendan el diálogo. Tonto pues quien tiene experiencia sabe que es el camino más largo, más costoso, más lento y con menos resultados asegurados. Pero es el que de lograr la victoria con esta herramienta, suele dejar menos muertos, aunque es posible que los mismos heridos.

Para entablar el diálogo se necesitan mediadores que sean respetados por ambas partes. Cuando las partes son más de dos, o cuando cada parte se compone de muchas partes, encontrar mediadores es casi imposible pues todos los posibles candidatos saben que saldrán trasquilados.

Para ser Casco Azul con éxito solo se puede ser americano o ruso. Si quieres ser Casco Azul siendo de Zambia o de Holanda, lo normal es que salgas finalmente como el responsable de todas las desdichas. Pero admitirlo de entrada, antes de empezar es un buen principio, pues así nadie se llama a engaño. Todos los papeles ya están repartidos.

Es importante dejar hablar, intentar que todas las partes pongan sobre la mesa sus papeles, sus dudas, sus odios, sus sangres podridas. Se vacíen y se agoten. Es como una partida de ajedrez donde si todos los jugadores son buenos, hasta que no están todas las piezas sobre el tablero en posiciones de pelea, no se puede intentar una buena jugada que conduzca a las tablas, pues hay que sopesar muy bien las piezas de ambos combatientes.

En todo proceso de negociación ambas partes tienen que perder un trozo de su pastel, y todas las partes tienen que llevarse la sensación de que algo han logrado ganar. En una negociación ambas partes tienen que saber que el perder es la inevitable forma de ganar. Pero que nunca debe existir triunfo, sino soluciones.

El mediador sólo puede aspirar a unas tablas teóricas, aunque se intuya que de alguna manera uno de los combatientes es quien ha ganado. Pero no hay que decirlo pues lo importante es la paz final. 

Si el mediador con diálogo busca que una de las partes gane a costa de la otra parte, lo mejor es que de entrada deje que se hagan heridas graves, y entonces la mediación es más sencilla, pues se trata de salvar la vida de uno de los dos grupos. 

Pero ya en esas fases a mi no me gusta intervenir. Yo prefiero que nunca haya ese punto de vencedor y vencido en las negociaciones finales.