Este blog lo dejé hace unas semanas parado. No sé por qué. Así son las cosas. El caso es que hoy veo que era buena idea, reunir pensamientos de un año entero siempre es buena idea. pero se quedó ahogado en algunos días tontos y allí se me murió.
Con los blog nos sucede algo imbécil. Creemos que se deben continuar, siempre el mismo, darle caña, volver a publicar. Pero podrían ser como una novela o un libro cualquiera. Que tuviera su principio y su final. Que fuera lógico cerrar las páginas y aparecer las tapas.
Lo malo son los libros sin terminar, los que se quedan aparcados sin motivo aparente. Los que mueren antes de su tiempo. Heridos de inclasificables golpes de suerte.
Algún día los blog desaparecerán. Todos. No quedará nada de nada, pues el que manda en todo esto es curiosamente una máquina que no tiene cara ni mucho menos intereses por lo que se escribe. Lo dicen muy bien, somos como nubes que contienen agua hasta que empieza a llover y se vacían del todo. ¡¡Uff!!
5.5.19
Viajar es una medicina muy barata. Sobre todo si no te mueves
Viajar es mover el cerebro. Puedes viajar sin moverte de la silla y puedes no viajar tras haber mil kilómetros. Depende de tu actitud y tus ganas. Nunca es posible viajar solo, como poco viajas contigo y con tu maleta, que es un elemento que muchas veces no tiene forma de maleta. Ahora se llevan las mochilas que es una manera de llevar todo más revuelto y más a mano.
Hace un momento dudaba entre irme con el pensamiento a New York o quedarme en Londres. Se parecen. Incluso en el parque. No son iguales, he dicho que se parecen. En ambas hay gentes raras como yo, personas con debilidades y dudas, con palabras sin decir y con ganas de decirlas. En ambas hay colores rodeados de grises. En ambas hay Museos.
Un Museo no es un almacén, es un parque “con cosas”, una habitación enorme por donde pasear mientras miras. En los Museos pusieron hace tiempo sofás y sillones para sentarse. No para descansar, eso es mentira, sino para simplemente sentarse y disfrutar del paisaje. No ponen máquina de café pues siempre habría tontos que se lo darían a la Maja desnuda, para evitarle el frío del invierno.
Hace un momento dudaba entre irme con el pensamiento a New York o quedarme en Londres. Se parecen. Incluso en el parque. No son iguales, he dicho que se parecen. En ambas hay gentes raras como yo, personas con debilidades y dudas, con palabras sin decir y con ganas de decirlas. En ambas hay colores rodeados de grises. En ambas hay Museos.
Un Museo no es un almacén, es un parque “con cosas”, una habitación enorme por donde pasear mientras miras. En los Museos pusieron hace tiempo sofás y sillones para sentarse. No para descansar, eso es mentira, sino para simplemente sentarse y disfrutar del paisaje. No ponen máquina de café pues siempre habría tontos que se lo darían a la Maja desnuda, para evitarle el frío del invierno.
Yo viajo todos los días, la inmensa mayoría de ellos sin moverse de casa. Es más cómodo y sobre todo más barato.
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