1.2.19

Venezuela no está gobernada por la izquierda

Entre defender Venezuela con su legalidad y criticar abiertamente la debacle en la que está metida la sociedad venezolana por culpa de un régimen nada democrático, hay un espacio muy pequeño. Se pueden hacer las dos cosas a la vez, las dos posturas al mismo tiempo, y sin perder la razón. 

Venezuela como país es insoportable. 

Trump presiona a medio mundo desde un lugar que lleva a la violencia, mientras Nicolás Maduro se defiende desde posiciones muy diferentes pero que llevan a la misma conclusión.

La solución no debería haber pasado por Juan Guaidó, pero los acontecimientos le están otorgando un papel casi imprescindible y que sin duda los asesores de Maduro saben e intentarán eliminar. 

Eliminan la libertad de prensa a costa de censura tecnológica o manipulan a las sociedades más pobres con repartos de víveres a través de cartillas de racionamiento.

El populismo tiene innumerables grados de intensidad. 

Manipular a las capas mas necesitadas es mucho más sencillo que intentarlo con las más formadas o la más ricas. Tan sencillo como crear antes un caldo de cultivo de necesidad y después acudir en su ayuda. 

Volvemos al rol o al marco mental del “Padre Protector” de cierta parte de pseudo izquierda más radical y populista, que acuden en apoyo del débil, pero desde posiciones de provocación social de esas debilidades.

Un país con la cantidad de petróleo que tiene Venezuela, nunca debería ser un país de pobres si gobierna la izquierda de verdad. Otra cosa es que nos creamos que la forma de gobernar Venezuela es de izquierdas. 

Venezuela no está gobernada por la izquierda.

Entre el "debo" y el "quiero" es fácil la elección

Las personas mayores somos unos pesados, incluso "muy" pesados, pero a veces la experiencia nos enseña desde la calma y la tranquilidad, desde la reflexión, a pensar de otra manera. Esta viñeta de René nos muestra uno de esos consejos básicos que nunca tenemos en cuenta.

Si tienes duda entre lo que debes hacer y lo que quieres hacer, sin duda elige los "Quiero" antes de los "Debo". El motivo es muy simple. Para lograr el éxito en cualquier acción hay que estar convencido de que quieres hacer aquello, de que te apetece, te gusta, lo deseas hacer con toda la fuerza del mundo.

Ir al "debo" hacer queda muy bien como obediencia, pero no se logra ni la satisfacción ni sobre todo la calidad que exige el trabajo. La motivación viene sola desde el "quiero" y casi nunca desde el "debo".