1.12.18

El factor militar en la Transición española

El factor militar en la Transición se nos olvida o se obvia por respeto o miedo. Pero cuando se critica lo obtenido en los años 70 y 80 nunca se nombra que los militares de entonces, todos venidos del Franquismo ganador, eran violentos y no querían la democracia. Recuerdo en el 1977 y 1978 como algún suboficial chusquero en Burgos, iba por las noches con una patrulla de soldadicos asustados y todos de paisano, a la caza de "rojos" que pintaban frases por Miranda de Ebro. Y de qué forma se pavoneaba en la cantina de que la pistola en la espalda era más rápida de sacar que en la tripa.

El artículo 8 de nuestra Constitución dice:

1. Las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional.

Con este texto se pueden hacer las flores que cada uno quiera entender. Y aunque el artículo 97 dice:

El Gobierno dirige la política interior y exterior, la Administración civil y militar y la defensa del Estado. Ejerce la función ejecutiva y la potestad reglamentaria de acuerdo con la Constitución y las leyes.

…no sabemos qué sucedería ante un eventual vacío de poder en el Gobierno, real o entendido por quien se cree que debe ser el garante de la soberanía e independencia de España, y de su integridad y respeto constitucional.

Si de verdad algunos creen que en los años 70 y 80 se hicieron las cosas mal, que observen la Constitución desde el punto de vista actual y la revisen y corrijan con urgencia. No tiene sentido que sigamos diciendo que se hizo mal pero ahora no se quiera o sepa modificar, con mucha más libertad que entonces.

Seamos egoístas. Intervengamos para evitar el caos

No es nada complicado asegurar que vamos hacia el caos, y que incluso sabiéndolo…, como somos incapaces de resolver situaciones…, observamos y nos callamos. La inmensa mayoría de la sociedad no piensa esto mismo, cree que somos unos pocos agoreros los que insistimos sobre ello. Que en realidad nada ha cambiado ni piensa cambiar, que a lo sumo serán detalles que se adapten al Sistema, a lo mismo de siempre.

Lo cierto es que los grandes cambios son lentos siempre. No podemos pensar que un cambio de paradigma se produzca de forma rápida, excepto que se introduzca el factor de la violencia dentro de él. Y eso nadie lo quiere, tampoco los que lo están provocando el caos. De forma lenta ofrece más garantías de éxito y perdurabilidad. Un caos lento y que entra poco a poco, sin dolor, es más duradero.

La pregunta es clave: ¿Y qué podemos hacer para evitar el caos? Y la respuesta es imposible. Yo diría que: —Dejar que venga—, pero no es nada positiva.

¿Y qué es ese caos? Pues por ejemplo que no hayamos aprendido nada de la crisis económica de 2008 a 2018. Que no hayamos sabido leerla y tomar medidas de carácter público pero sobre todo privado. Que nos sigamos dejando engañar por el conjunto y no seamos egoístas pensando en nosotros mismos. O por ejemplo que todos aseguremos siempre que los que gobiernan nuestras cuevas son ladrones e incapaces, lo cual a veces es cierto, y miremos hacia otro lado.

Sí, sí, he dicho antes egoístas. La Ley del Mercado. Y lo digo desde la izquierda. ¿Estoy tonto? Pues puede que sí.

Nos dejamos llevar por lo que nos dicen los “listos” del sistema, y no nos ponemos a pensar en nuestras propias posibilidades de defensa y de acción. ¿Queremos lo que tenemos? ¿Queremos mejorarlo o modificarlo? Pues no dejemos que nos lo hagan otros, porque como es lógico, esos “otros” lo harán como les convenga a ellos. Seamos egoistas y pensemos en intervenir por nuestro propio beneficio. Si se lo dejamos a otros, ellos ya han demostrado qué quieren lograr.