22.11.18

Cada vez más diarios, más información

La pluralidad informativa de estos tiempos es inmensa, aunque no siempre nos lo parezca o aunque esa pluralidad nos lleve a un cierto encasillamiento ideológico. Nunca hemos tenido tantos periódicos de calidad en papel o/y digitales. Desde innumerables digitales que muchos de ellos nacieron claramente posicionados a favor o en contra de ciertos partidos, hasta estos momentos en los que han ido creciendo en número hacia diversos diarios digitales o blog con espíritu de “ser”, y aunque algunos sí están claramente posicionados, otros parecen gozar al menos de una pluralidad en sus firmas, que resulta muy interesante.

Esto supone un gran reto para el periodismo, pues ya no todas las personas que escriben son periodistas sino también intelectuales, políticos o líderes vecinales o culturales, sino además, las posibilidades que tiene la sociedad de informarnos desde muy diversos colores e incluso sufrir las malas informaciones, con manipulaciones falsas incluidas.

Hay quienes como lectores optan por ser fieles a un tipo de diarios, posicionados según su propia idea, y los hay que preferimos ir picando y contrastar. Somos los peligrosos ambiguos, que estando claramente posicionados, además leemos diarios siempre que podemos, lo más plurales posibles, sin pasarnos.

¿Hasta dónde? Pues no lo sabemos, son tiempos como muchas veces repito, muy líquidos, y lo que parece fijo hoy puede desaparecer mañana. Depende de todos nosotros que aunque no nos lo creamos, tenemos mucho poder leyendo unos o escribiendo en otros casos. Pero siempre dependiendo de la verdad, como en cualquier empresa que se desea montar para que funcione bien. Las leyes de los mercados las mueven las personas, como todas las empresas del mundo. Sean empresas de derechas o de izquierdas, aunque en este último caso no lo tengan tan claro.

Rufian, serrín, estiércol y escupitajo ¡¡uff!!

Los espectáculos en el Congreso de los Diputados siempre son un error, incluso diría más bien que son peligrosos. Pero parecemos no aprender nunca de que a algunas personas les interesa el peligro mientras que otras personas tienen la obligación de la mesura y el control, de la templanza y la responsabilidad de la calma. Esta semana han sido varios los líderes políticos que se han reído del Congreso de los Diputados con actuaciones fuera de lugar. Y digo actuaciones, porque en realidad estaban claramente actuando.

El teatro hay que sentirlo y siempre se hace con un fin. No hay actor de teatro que no sepa que sus actuaciones sirven para algo. Actuar es creerse el papel que representas, ponerle pasión y esperar el aplauso.Pero no todas las salas donde haya espectadores pueden o deben ser convertidas en grandes salas de teatro. Y es aquí donde juega la responsabilidad.

Esta semana no se salva nadie. Si acaso y no del todo, la Presidenta del Congresos. ¿Y hasta dónde? Por que estoi amenaza con convertirse en peligroso. Y los españoles que creemos en el futuro no deberíamos consentir que algunos a los que pagamos para que nos representen sean capaces de poner en peligro al Sistema. Mucho cuidado, pues las palabras las carga el diablo de armas peligrosas. Y a la historia me remito.