Has pasado dos días desde la entrevista tramposa que le hicieron en La Sexta a un Presidente del Gobierno mal preparado y peor aconsejado. —¡¡Así no, Pedro!! — a las entrevistas de periodistas duros y bien preparados hay que ir mejor preparado…, o se notan las respuestas ridículas.
Los tiempos nunca han estado tan conservadores como ahora. Es inmenso el lodazal de mentiras que todos los días escucho —pues nunca he renunciado a escuchar a muchos o a que me informen de lo que dicen otros— y el asco se mezcla con la tristeza por ver el descaro con el que se pronuncian algunas personas. De palabra si son de la calle, o por escrito si son viejos pensadores escondidos.
Muy atrás se nos quedó el 15M aunque solo hayan pasado 7 años. España se transformó pero para mal, y estamos ya en un frentismo feudal complicado de resolver pues se asienta sobre una división complejísima al ser de idéntica fuerza las dos porciones de la tarta social. Una es mucho más grande que la otra, pero solo tiene tirachinas. La otra es pequeña tiene medios muy escondidos y engaña con facilidad.
Sé por desgracia a donde nos todo lleva esto a poco que te pongas a leer, así que os recomiendo que no se os ocurra leer nada, pues todavía os entrará mucho más mal moral. Permanezcamos idiotas, que al final, es como nos quieren los que saben jugar a joder. Lo hacen por nuestro bien. Bueno no…, por el suyo.
18.9.18
17.9.18
Lo hacemos a palo seco, sin mirarnos a los ojos
Se nos mueren las bellas y buenas personas, se nos mueren las ideas, las ganas incluso de tenerlas, se nos muere el tiempo. Nada vale más que el tiempo, que nuestro tiempo. No he encontrado ninguna tienda de tiempo, ni de felicidad, ni de amor, ni tan siquiera de amistad de la buena. Es curioso en este mundo de mercados. De lo importante, de lo sabroso de verdad, no hay tiendas.
Mucha innovación, mucho marketing de papelillo sucio, pero a nadie se le ha ocurrido ir a Dios y pedirle que le sirva felicidad y tiempo para regalarlo a los que entren en su tienda. Igual es que Dios no tiene teléfono móvil.
Llevo dos días de peleas dialécticas con ¿amigos?, de malas caras pues se creen que señalarlos con el dedo de la equivocación es estar contra ellos, pero a ninguno se le ocurre pedir tiempo muerto. Aunque sea para dialogar. El tiempo muerte es el tiempo mejor aprovechado de la vida. En un minuto tienes que resolver todo lo que falla.
En mis tiempos buenos…, dialogábamos en la mesa, ahora si hay suerte, hablamos mientras vamos andando, en el comedor de empresa o con la mierda del teléfono en la mano. Voy a terminar por achicharrar mi oreja.
Llevo dos días de peleas dialécticas con ¿amigos?, de malas caras pues se creen que señalarlos con el dedo de la equivocación es estar contra ellos, pero a ninguno se le ocurre pedir tiempo muerto. Aunque sea para dialogar. El tiempo muerte es el tiempo mejor aprovechado de la vida. En un minuto tienes que resolver todo lo que falla.
En mis tiempos buenos…, dialogábamos en la mesa, ahora si hay suerte, hablamos mientras vamos andando, en el comedor de empresa o con la mierda del teléfono en la mano. Voy a terminar por achicharrar mi oreja.
No nos vemos la cara igual que antes, ahora tenemos que ser muy hábiles en descubrir el tono y el gesto a costa de silencios o de respiraciones jadeosas. ¿Ya he conseguido que se cabree? ¡¡No!! que todavía responde. ¿Me ha colgado?
Se nos mueren las bellas costumbres de hablar de lo humano y de lo divino con un chato de vino en la mesa. Ahora lo hacemos todo a la palo seco, sin mirarnos a los ojos.
Se nos mueren las bellas costumbres de hablar de lo humano y de lo divino con un chato de vino en la mesa. Ahora lo hacemos todo a la palo seco, sin mirarnos a los ojos.
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