26.8.18

Derechos de la Juventud en 1975

Es posible que ya nadie se acuerde de la Asociación Democrática de la Juventud de Aragón.  Sí, se creó nada más morir el Dictador, en aquellos años 70 en los que a los jóvenes casi todo nos parecía posible, creíble y lógico. Luego los años nos han desencantado y nos han ido dejando ideas y proyectos en los cubos de diverso color y olor.

Los Consejos de la Juventud fueron tomados por los Ayuntamientos, los estudiantes tuvieron que crecer y los nuevos jóvenes aunque seguían solicitando los mismos derechos, lo hacían ya desde otras organizaciones más enganchadas al Sistema.

Hay que recordar que la Asociación Democrática de la Juventud de Andalucía tuvo un joven asesinado entre sus militantes, por una pintada donde pedía Trabajo con mayúsculas, al menos en la T que no pudo continuar. Se llamaba Francisco Javier Verdejo Lucas y tenía diecinueve años en el verano de 1976.

La imagen de arriba muestra el Programa General que figuraba en la trasera del carnet de socio (militante) de aquella Asociación Democrática de la Juventud de Aragón. Como podemos ver, peticiones claramente revolucionarias y brutales como para que la policía disparara a quien las pudiera defender, y por eso mismo tan complejas de lograr en una sociedad que salía de una dictadura hacia una democracia, y que todavía contempla 42 años después que alguna seguimos sin lograrla.

¿Os suena a algo Derecho a un trabajo digno y bien remunerado? Entonces no se pedía todavía derecho a la emancipación digna, pues se entendía que ya estaba lograda.

La tumba de Franco debe estar en Mingorrubio

En estos tiempos tristes para España, en los que nos estamos ocupando de hablar otra vez de Franco en vez de dedicar nuestro tiempo en resolver problemas y en idear la España del futuro, tal vez sea momento de explicar aunque nos de dolor de estómago, algunos apuntes sobre la tumba de un militar.

Franco, el dictador, nunca dejó escrito que se le enterrara en el Valle de los Caídos. Incluso se sabe que se mandó construir con urgencia una cripta personal en el año 1969, en el pequeño cementerio de Mingorrubio en El Pardo, donde está enterrada su esposa, siendo este además un cementerio donde reposan varias personalidades de aquel régimen como Carlos Arias Navarro y Luis Carrero Blanco. Incluso bastantes soldados de la Guardia Personal del dictador.

El Valle de los Caídos se construyó en Cuelgamuros, por un decreto del 1 de abril de 1940, curiosamente aniversario de la victoria del bando nacional. En su orden de construcción se dice: “Un lugar retirado donde se levante el templo grandioso de nuestros muertos en que por los siglos se ruegue por los que cayeron en el camino de Dios y de la Patria. Lugar perenne de peregrinación en que lo grandioso de la naturaleza ponga un digno marco al campo en que reposen los héroes y mártires de la Cruzada”

Como vemos en el texto anterior, un lugar por los caídos por la “Cruzada” que luego se convirtió en un lugar para “todos” los caídos.

La decisión de ser enterrado Franco en el Valle de los Caídos fue del Rey y del gobierno de Arias Navarro tomada en los días previos a su fallecimiento publicado. Franco nunca habló de un lugar específico, ni lo dejó por escrito en su testamento como es normal entre los mandatarios de Estado. Es verdad que en los años de la construcción del Valle de los Caídos se dejó espacio para una tumba en la trasera del altar, en el lado contrario a la de José Antonio Primo de Rivera. Pero también lo es que la cripta de Mingorrubio incluso por su forma de entender la muerte y la religión la familia Franco, era el lugar más lógico para terminar con sus restos.

Son 43 años ya desde que el dictador se nos murió en la cama de un hospital. Ya es hora de empezar hacer las cosas con la lógica del sentido común. 

Y una de ellas es reconvertir el Valle de los Caídos en un lugar de recuerdo para la PAZ. Debe ser un sitio donde efectivamente quede guardada la Memoria Histórica, los fallecidos de todos los lugares de España que así lo deseen, y donde haya un Museo por la Paz y la Reconciliación. En Berlín tenemos varios ejemplos de este tipo de espacios dedicados al estudio, al recuerdo y a la reflexión.