3.7.18

Andalán y la censura por escribir sobre CAZAR

No sé puede comprender el Aragón contemporáneo sin el papel jugado por el semanario Andalán. Cuando sale a la calle en septiembre de 1972 era un modesto quincenal que poco a poco irá tomando cuerpo, agrupando en su seno a las diversas corrientes de la intelectualidad y la izquierda aragonesa. En mayo de 1977 la publicación pasa a semanal y probablemente vive sus momentos de gloria en los años finales de esa década de los setenta, con tiradas cercanas a los 16.000 ejemplares.

Si durante el final del franquismo Andalán fue víctima recurrente de la censura sufriendo varios secuestros, en los primeros años sin Franco también sufrió en sus carnes algún ataque: no se vivían buenos tiempos para la libertad de expresión, como parece que vuelve a ocurrir hoy en día.

El semanario recibió una querella presentada por el presidente de la CAZAR (hoy Ibercaja) José Joaquín Sancho Drondapor un artículo publicado en la página 9 de su número 149 (enero de 1978), y que hoy podemos leer pinchando aquí.


Bien sabemos cuáles son los auténticos poderes en Aragón y lo poco o nada que les gustan las críticas, y más cuando junto a la reseña sobre la trayectoria de su director se hacía en Andalán un demoledor análisis de cómo una entidad de crédito con finalidad social, actuaba de manera críptica ayudando a hacer todavía más ricos a los ya riquísimos. Efectivamente todo es presuntamente, y aquí tan solo nos hacemos recuerdo de lo que le sucedió a Andalán. Faltaría más, con lo pobres que somos. Para criticar a los ricos, hay que ser más ricos que ellos. Sí, todavía hoy.

Habiendo sido Andalán un faro de solidaridad en los tiempos más difíciles, se organizó una campaña en apoyo de la publicación que congregó a todas las organizaciones progresistas y que traspasó las fronteras de nuestra tierra. 

Dentro de la campaña aragonesa se editó esta pegatina que vemos arriba, firmada por el Colectivo Plástico de Zaragoza (CPZ). Finalmente el juicio se celebró el 21 de junio de 1978 y el periódico fue condenado a pagar una indemnización de un millón de pesetas y a un multa de 50.000 pts. por injurias leves.

Nota.: La imagen superior pertenece al Archivo Tiempos de Lucha y Esperanza y en el texto ha colaborado Manuel Gálvez



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Hagamos poco a poco un repaso a las diversas candidaturas que se presentaron en Aragón a las primeras Elecciones Generales celebradas el 15 de junio de 1977, apenas año y medio después de la muerte del Dictador Franco. Una de las características de esas elecciones, quizá por su carácter fundacional de la Transición, fue la presencia de numerosas opciones políticas que se disiparon a los pocos meses. No había precedentes válidos ni estimaciones sobre cómo se podía comportar la población tras haber sufrido 40 años de dictadura. Por ello, ideas que parecían buenas, resultaron no serlo. 

La nueva España de la Transición era demócrata cristiana pero ninguna formación con estas siglas obtuvo buenos resultados. Tal vez motivado por los largos años de convivencia entre la Iglesia y la Dictadura. O por el tirón mediático del que se alzó con el poder, un joven Adolfo Suárez apoyado entre otros por los poderes económicos de aquellos años.

Como ejemplo positivo para Aragón —y os dejo una pegatina de esta formación— la Democracia Cristiana Aragonesapresentaba en su membrete de organización ser exclusivamente aragonesa, defendiendo una ideología homologada a nivel europeo, y conformada por profesionales, acaudalados empresarios y prestigiosos profesores, como su líder José Luis Lacasta Bermejo, catedrático de Derecho Civil en la Universidad de Zaragoza.

Aunque los resultados no fueron insignificantes dado el elevado número de candidaturas presentadas por Zaragoza, no alcanzaron los resultados mínimos previstos por ellos y se desistió continuar el proyecto. Duró como partido político pocos meses pues se legalizó en el mes de marzo de 1977 para poderse presentar a las elecciones, aunque ya existió como organización desde el año 1976. 

En la primavera de ese año se constituyó la Alianza Democrática Aragonesa, formadas por los grupos: Democracia Cristiana Aragonesa, de Lacruz Berdejo, Izquierda Democrática, de Ruiz-Giménez y la Federación Popular Democrática, de Gil-Robles. 

Su ideología fue presentada en aquel 1976 como: una agrupación política que busca el integrismo, el inmovilismo y el nuevo falangismo por un lado, y la democracia marxista por el otro. Como podemos ver en estas palabras, parecen imposible de entender excepto si somos capaces de irnos mentalmente al año 1976 y a una sociedad que salía de 40 años de dictadura.

Eran partidarios de la reforma política, sin llegar al marxismo pero defendiendo la legalización del PCE, y a la hora de su constitución han excluido a personas nacidas al abrigo del Movimiento y sitúan su margen en la UDE. Federalistas y no centralistas, intentaron que Aragón tuviera unas opciones Demócratas Cristianas propias.

La candidatura al Congreso en Zaragoza obtuvo un 1,38 % de los votos, siendo superada ampliamente por la Unión del Centro Democrático (UCD) y por la candidatura independiente creada por Hipólito Gómez de las Roces.

Los resultados de las candidaturas al Senado en Teruel y Zaragoza tampoco fueron relevantes. Ello llevó a la organización política Democracia Cristiana Aragonesa a se disolviera a los pocos meses, integrándose algunos de sus miembros en la entonces creciente UCD que abría sus puertas a pequeñas formaciones conservadoras que deseaban continuar con el trabajo político desde la democracia y organizadas alrededor de una formación fuerte y con implantación en todo el Estado. Aragón se volvió a quedar sin representante político propio en un segmento ideológico que ocupó el poder y la gestión de España de la mano de Adolfo Suárez unos largos años.

Nota.: La imagen pertenece al Archivo Tiempos de Lucha y Esperanza y en el texto ha colaborado Manuel Gálvez