17.5.18

Nuevas tendencias en RRHH

Se habla mucho de la transformación del mercado de trabajo, de las relaciones laborales ya cambiadas, de la volatilidad actual del empleo, de la indignidad laboral incluso. Y sin duda del enorme desencuentro entre lo que se necesita y lo que realmente hay en las relaciones laborales, con faltas claras de formación suficiente y de calidad. Y debemos admitir que la culpa de todo esto la tenemos los que de alguna forma dirigimos las situaciones desde diferentes puestos de responsabilidad.

El ciudadano está muy cabreado con la actual situación laboral. Pretender que ahora tengan implicación y que se auto formen en calidad sin ninguna seguridad, que se les proponga unos contratos basura y que además se les exija creer en su empresa, es una situación absurda.

También es verdad que esto sucede sobre todo en el sector servicios y en puestos de trabajo de baja calificación. Pero no siempre es así. Que nuestros universitarios tengan que emigrar a otros mercados laborales es una tragedia para el futuro de España. Aunque algunos no lo quieran ver.

La tendencia puede invertirse, sobre todo en contra de los empresarios manipuladores que disfrutan en la actualidad de unas leyes realmente muy abiertas para ciertos abusos. Será muy complicado poder competir contra otros empresarios más inteligentes y sobre todo contra sus propios empleados con deseos de prosperar desde el autoempleo, que están ahora aprendiendo para dar el salto a montar lo que ellos mismos ahora sufren de cerca.

Es verdad que la tendencia en RRHH es de más formación continua, que se valora mucho el talento personal y no tanto la formación previa pues muchas veces se necesita un tipo muy personalizado de formación, que hay que entregar ventajas a las personas que se reclutan para confiar en ellas y para que ellos confíen en su empresa, y que la promoción es un activo que debe acompañar con sinceridad al contrato de trabajo.

16.5.18

Monarquía 1 - República 0. Por culpa de Cataluña

Uno creía en el Procés como un proceso (valga la redundancia para dejar claro que no hay mucho dominio de diccionario por ninguna de las partes) que conduciría a alguna parte. No digo que positiva, pero sí para al menos mover. Mis dudas sobre la realidad de la sociedad de Cataluña se remontan al menos a unos 25 años, y por diversos motivos siempre expliqué mis graves dudas, incluso cuando se pensaba que con Cataluña había que estar en la intimidad y que con el País Vasco ni agua.

De aquellos lodos mal entendidos surgen ahora estos barros tremendos, pues no hay solución y lo saben bien los que desean que no haya solución. El ejercicio/juego de los balcones llenos de banderas españolas en un ejemplo más de que no nos estamos enterando de nada.

Para resolver el problema catalán —sí, ya es un problema grave— es necesario, casi lo primero, conocer a la sociedad catalana y lo que ellos han ido sintiendo cada vez que les ponemos una zancadilla legal a través del Constitucional. Y me remonto al año 2010.

Si observamos el estadillo que publicó La Vanguardia en su momento —medio de comunicación al que no le gusta nada de nada todo este proceso de independencia— veremos la enorme transformación que la sociedad catalana ha tenido en su percepción de la relación con España. Una década perdida, hasta llegar a una situación como poco caótica. ¿Y ahora? Pues ahora se citan para hablar. ¿De qué? ¿Con quien o quienes?

La mejor noticia que le podían dar a la Monarquía y la peor a los que entendemos la República como una posibilidad, es el nombramiento de un conservador peligroso para liderar una República en Cataluña. Nadie puede dejar de ver que para esos Presidentes de República, es mucho mejor y menos peligroso tener Reyes de familia.