30.3.18

España más plural y mejor repartida

Con las irresponsabilidades de Cataluña estamos sufriendo el olvido de muchos otros temas que afectan y mucho a la sociedad española. Se trata sobre todo de que vuelva el sentido común a las dos partes sociales que sumadas no son el todo; y así podamos volver a pensar en los problemas de verdad y en las soluciones necesarias, tras una crisis manipuladora que nos ha dejado heridos.

La Constitución está herida y habrá que retocarla, cuando no reformarla con más osadía que una simple actualización. Pero sobre todo hay que replantearse la España actual en clave internacional, asumiendo la globalización y la descentralización de Madrid hacia periferias. No hay otra.

Se habló de un Senado reformado profundamente y con sede en Barcelona. Pero habrá que ir pensando en diversos Ministerios que pueden estar en otras ciudades que no sean Madrid. Pongo sobre la mesa además de a Barcelona, a Valencia, Sevilla, Bilbao, Zaragoza, La Coruña o León.

Ministerios u Organismos de carácter internacional con peso contundente en la nueva España. ¿Por qué no podría estar en Zaragoza el Ministerio de Defensa o el Instituto Cervantes, por poner dos ejemplos? ¿En Bilbao el Ministerio de Industria, en Sevilla el de Cultura, en Valencia el de Transportes o en La Coruña una oficina internaciones de relaciones con Iberoamérica? ¿Es imposible poner en León el Ministerio de Agricultura con otro nombre? ¿Y un organismo de relaciones con Europa si no somos capaces de crear un nuevo ministerio para ese fin, y con sede en Barcelona?

Madrid tiene que dejar de ser el único corazón de España. Y en ese juego de integración de una nueva unión de territorios y sensibilidades hay que saber jugar a futuro y no a pasado. ¿Dónde quedarías las inoperancias en el siglo XXI de unos Ministerios fuera de Madrid? Incluso sería lógico que algunos Consejos de Ministros salieran de Madrid hacia las sedes de los Ministerios que en cada momento fueran receptores de reuniones temáticas. Eso es crear España, que no tiene que ser siempre crear más Madrid.

Los marcos mentales de la derecha. Los básicos

Los marcos mentales son imprescindibles para convencer a alguien de algo que tienen que admitir con naturalidad, casi sin darse cuenta, por quien debe obedecer, convencido además de que es positivo hacerlo. Dominar los marcos mentales es básico en psicología social. Pero no deben notarse. Los marcos mentales se crean para que pasen desapercibidos, se trabaja con ellos como herramientas. Cuando comemos pan nadie piensa en el trigo o en la cosechadora.

Los marcos mentales los empleamos en RRHH o en política, incluso en la educación familiar o institucional de nuestros hijos con diferente capacidad de éxito. Siempre se juega con los valores que cada grupo representa o quiere representar, diseñando sus partes más amables, para que queden estas, aunque dentro lleven otras más escondidas, pero que no se dicen.

Todos queremos por poner un ejemplo, seguridad y tranquilidad. Y si estos dos valores nos los transmiten bien adobados los aceptamos sin problemas ni dudas. Pero se pueden configurar dentro de marcos que nos sisan otros valores que también deseamos, pero que permanecen en silencio dentro del marco. O bien puede ser que admitir unos valores se entre en confrontación con otros valores también importantes.
Tranquilidad. Seguridad. ¿A qué precio, a cambio de qué elementos sociales que se pierden? ¿Cuanta obediencia nos piden para que exista esa tranquilidad? ¿Debemos olvidarnos de la igualdad, incluso de la de oportunidades? ¿Dónde queda la libertad individual? ¿Se nos educa y explica el valor de la libertad para ser feliz, o es más importante ser válido que ser feliz? ¿Válido para quien?

Veamos más abajo algunos marcos mentales simples y básicos de la ideología conservadora y veremos que muchos de ellos son fácilmente aceptables por toda la sociedad. Y de ello el éxito conservador, si se saben enmarcar bien sus ideas, desechando en esa manipulación a través de marcos mentales otros valores (perdidos u olvidados sabiéndolo) y que no se nombran y se obvian. No se trata de trasmitir estas acciones a la sociedad con los títulos que voy a poner, sino de saber diseñarlos con otros nombres, con otras acciones, con otras florituras. En realidad los marcos mentales son trampantojos sociales para ser digeridos con suavidad. Veamos algunos marcos simples.


Las privatizaciones son buenas, las nacionalizaciones malas

El poder sindical no puede ser excesivo, pues la empresa se hunde

Es peor la inflación que el desempleo

Es bueno el desempleo para regenerar el mercado laboral

El despido debe ser barato y fácil para crecer en productividad en el país

El despido fácil se compensa con las ayudas sociales

No es bueno regular en exceso la producción y el comercio

No es bueno un exceso de gasto social para todos por igual pues crea perezosos

Hay que gastar más en defensa y seguridad para que se nos respete

Los inversores solo vienen si les dejamos pagar menos impuestos

La izquierda solo sabe gastar el dinero de todos y sin control

Los conservadores somos los padres protectores y por eso a veces se nos odia

Hay que pagar menos impuestos, pues debe reducirse el tamaño del Estado