Todos los parques tienen que tener unas finalidades claras: la relajación, el disfrute visual, la calma, el paseo, el descanso, ser una isla dentro de una gran ciudad. Por ello es fácil saber qué elementos deben contener. Otra cosa es que desde los Ayuntamientos queramos crear zonas intermedias para quedar bien y sin coste necesario, o que no seamos capaces de encargar su diseño a sociólogos y urbanistas que sepan qué necesitan construir. O lo que es peor, que no se les tenga en cuenta, que no se les haga ningún caso.
Un parque no es para ganar unas elecciones municipales, sobre todo porque un parque de calidad resulta caro de mantener en el tiempo. Por eso una de las decisiones más lógicas y casi obligatorias es que se contemple el mantenimiento de calidad desde el primer día y con vistas al futuro.
Es mejor un solo parque en un barrio, pero de calidad, bien mantenido y con los elementos necesarios para ser una zona muy usada, que aspirar a dos parques que se dejan abandonados por no poderlos mantener en condiciones.
En algunos países de Europa se opta por un sistema intermedio ante la decisión anterior. Crear un gran parque de barrio o de barrios en zonas limítrofes de vecindad entre dos barrios, y crear varias zonas verdes pequeñas (paisajes de unos 200/400 metros cuadrados) dentro de los barrios pero que son auténticas islas (casi) naturales, donde junto a un 50% de zona muy bien cuidada y con zonas de descanso y juegos, se mezclan en el restante 50% unos espacios totalmente salvajes (o que lo parezca más bien) donde no hay un orden de plantación de árboles, arbustos, rocas o hierbas, sino que da la sensación de que esa zona crece a su suerte. En la imagen uno de estos ejemplos, en la ciudad belga de Gante.
El vecino de la zona se encuentra con una zona mezcla de naturaleza salvaje y naturaleza artificial y diseñada. ¿Dónde está el truco para que aquello funcione? En la limpieza. Tanto el 50% de espacio muy bien cuidado como el 50% de espacio salvaje deben estar perfectamente limpios. Que crezcan hierbas a su antojo no tiene nada que ver con que esté lleno de papeles, latas, botellas o trapos.
2.3.18
Central Park de New York, un ejemplo urbano de calidad verde
Cuando hablamos de calidad de vida urbana nos referimos siempre a un modo de vida lo más natural posible, dentro de las grandes ciudades. Y como ejemplo a copiar os ponemos hoy el Central Park de New York. ¿Por qué motivo?
El precio del metro cuadrado de terreno en la isla de Manhattan de New York es brutal, y en medio nos encontramos con una extensión de terreno de 3,41 kilómetros cuadrados. Un rectángulo de 4 kilómetros en su lado largo y de 800 metros en su lado corto. Y nadie duda en NY de que este parque tan inmenso debe seguir estando allí, en New York, por mucho que convertirlo en rascacielos sería un negocio brutal.
Pero además esta parque en el centro de la ciudad (primer acierto) contiene todos los elementos para dotarlo de gran calidad de uso. Muchos caminos, un paisaje en relieve con grandes rocas, muchas zonas para descansar y para que los niños jueguen, una gran limpieza incluso más que en las calles, un gran lago y numerosas fuentes, esculturas y monumentos, un castillo, varios museos, animales sueltos de muy variado tipo, grandes zonas deportivas, una muy variada masa forestal con jardines de todo tipo, etc.
Un parque vallado y muy vigilado, con patrullas policiales constantes incluso de noche, y sobre todo con silencio dado su tamaño, que impide que traspasen los ruidos del tráfico de la Gran Manzana.
Tenemos el ejemplo del parque del Retiro de Madrid, para entender este concepto de calidad urbana. Y hay que trabajar más este tipo de servicios insustituibles, en todas las ciudades que se pueda. Como por ejemplo en Múnich y su Monopteroswiese o en Barcelona el parque de la Ciudadela.
El precio del metro cuadrado de terreno en la isla de Manhattan de New York es brutal, y en medio nos encontramos con una extensión de terreno de 3,41 kilómetros cuadrados. Un rectángulo de 4 kilómetros en su lado largo y de 800 metros en su lado corto. Y nadie duda en NY de que este parque tan inmenso debe seguir estando allí, en New York, por mucho que convertirlo en rascacielos sería un negocio brutal.
Pero además esta parque en el centro de la ciudad (primer acierto) contiene todos los elementos para dotarlo de gran calidad de uso. Muchos caminos, un paisaje en relieve con grandes rocas, muchas zonas para descansar y para que los niños jueguen, una gran limpieza incluso más que en las calles, un gran lago y numerosas fuentes, esculturas y monumentos, un castillo, varios museos, animales sueltos de muy variado tipo, grandes zonas deportivas, una muy variada masa forestal con jardines de todo tipo, etc.
Un parque vallado y muy vigilado, con patrullas policiales constantes incluso de noche, y sobre todo con silencio dado su tamaño, que impide que traspasen los ruidos del tráfico de la Gran Manzana.
Tenemos el ejemplo del parque del Retiro de Madrid, para entender este concepto de calidad urbana. Y hay que trabajar más este tipo de servicios insustituibles, en todas las ciudades que se pueda. Como por ejemplo en Múnich y su Monopteroswiese o en Barcelona el parque de la Ciudadela.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)