12.2.18

Ya sé que soy imbécil. Pero juro empeorar

No es posible ser libres sin leer libremente lo que queramos leer. Incluso libros. Las Redes Sociales son el mayor de las alineaciones a favor de la manipulación cultural y contra la libertad individual, que los manipuladores de sociedades han creado. No son malas porque sí, son malas porque las han manipulado hasta convertirlas en malas. Porque nos dejamos manipular sin darnos cuenta, en aras precisamente de nuestra libertad. Nos han convencido de que manipularnos forma parte del juego moderno.

Evitan que leamos de verdad, nos convierten en lectores de titulares que es lo más fácil de manipular, nos meten anuncios entremedio sin que nos demos cuenta, no hay forma de saber nunca qué es verdad y qué mentira. Se habla de lo que quieren diseñar algunos que se hable. Nos meten unas censuras que ni con Franco teníamos. Y encima estamos contentos y nos obligamos a gastarnos la pasta gansa cada dos años. Además de pagar cada mes otra pasta gansa.

Si decimos unos pocos que las Redes Sociales nos manipulan, nos tachan como poco de “agüelos”, de carcas, de inadaptados o de imbéciles. A mi me da igual. Yo uso las Redes Sociales, y sé de lo que hablo. Incluso sé de lo que escribo y sé de qué temas tengo más o menos visitas.

Lo curioso es que cuanto más nos debería importar un tema, porque afecta a nuestra propia economía, a nuestro futuro laboral o personal, a nuestra ciudad, a nuestra formación, a nuestra libertad y aprender a defenderse del nuevo esclavismo creado con cara bonita, menos lecturas recibo. 


Cuando un tema juega a favor de los manipuladores, de los de “arriba” de la distracción social, más visitas recibo. Os juro que por edad a mi me da igual esto, pero mi imbecilidad me sigue llevando a advertir de lo que nos hacen.

11.2.18

Woody Allen irá al infierno. Allí se toca el saxofón

Lo que le están haciendo al artista Woody Allen no tiene nombre. Bueno sí, pero no quiero pronunciarlo. Atacar a Woody Allen como artista es atacarme a mi. Sin hablar de los asuntos ya juzgados os lo advierto. 

A las personas las catalogo por lo que hacen, me vende o me regalan. Pero por lo que hacen en su vida privada, mientras no se demuestre que es un delito universal, me da igual, sobre todo si ya han sido sentenciados y yo no tengo pruebas claras que me digan que aquella sentencia fue otra chapuza.

Todos cagamos y meamos y por eso yo sigo amando a los que me da la real gana, a los que me gustan o a los que me enseñan. Cagan y mean mis amigos y mis amigas e incluso lo hago yo. Todos tenemos mierdas y para eso nos duchamos. 

Ser mojigato era lo último que esperaba tras haber estudiado las barbaridades de las dictaduras.

A mi Woody Allen me gusta por lo que hace en los libros, en sus películas, con sus humores y su manera tan acertada de diseccionar la vida. 

Es al único Woody Allen que voy a conocer en mi vida. Y que me empiecen a señalar los tontos… porque a mi me guste Woody Allen, en fin, como poco me jode, pues yo no lo veo en la cama sino a través de sus escritos.

Hitler era un asqueroso dictador, pero pintó alguna obra paisajística que tengo en mi almacén de arte. ¿Por eso soy yo peor? Os puedo asegurar que no. 

El caso de Franco es diferente pues sus películas o escritos son infumables y como es lógico no las guardo ni en el recuerdo.

Dejar a Woody Allen en paz, vacío de odios que están de moda, pues al cielo seguro que no va, y en el infierno mola haber sido criticado en vida. 

Aunque tras ver Match Point, tal vez sea todo cuestión de suerte y el día del Cielo/Infierno, esté de portero algún saxofonista.