7.2.18

Somos felices pero aburridos. Así somos más dóciles

Estamos convirtiendo al mundo occidental en aburrido, previsible, mojigato, soso y gris. Si ahora dices que eres poeta te miran con cara de perro. ¿Poeta? ¿Y eso para qué? Si estudias filosofía, arqueología, literatura o geografía económica piensan que están tonto y pierdes el tiempo. Aunque ellos dediquen más horas al día a ver fútbol, series de muertos o anuncios.

Ahora lo que mola es estar alienado con algo. A ser posible con algo vacío y que sea fácil de dominar sin que se note desde las tinieblas escondidas en esas que llamamos “altas esferas” y que normalmente están en las cloacas.

Somos felices porque nos programas para ser felices con facilidad. Y si no lo estás, prepárate, que los laboratorios de pastillas harán su verano. Una vez que logran meterte por la boca una pastilla de esas que dicen curan la depresión o la tristeza, te han pillado. Ya no hay manera de dejarlas. Y no es droga ilegal, es droga negocial.

Estamos aburridos pero artificialmente contentos. Por eso mola ser del equipo ganador. Para ser felices ganado los otros. Nadie es del Alcorcón o del Zaragoza. Como sociedades, claro. Es que son poca cosa y no han aprendido a ser felices. Siempre se están quejando. ¡¡Más pastillas, por favor!!

6.2.18

Las 9 divisiones del conflicto social, político, violento

Las fases de todas las crisis económicas que son sistémicas, que cambian sociedades, que resultan peligrosas a la vez que oportunas pues todo debe evolucionar son las siguientes:


Estancamiento económico y social

Desencanto con el resto de la sociedad y con sus gestores

Indignación social encerrada en círculos pequeños

Irritación contra todos los representantes públicos

Crisis del sistema político. Deseo de cambio

Búsqueda de sistemas alternativos en la política y en la economía

Conflictos políticos y sociales en la calle

Pesimismo económico y social. Abatimiento de gran parte de la sociedad

Guerra en mayor o menor medida


A partir de estas divisiones podemos analizar donde estamos, cuantas fases nos quedan para alcanzar el siguiente escalón, donde debemos exigir cambios drásticos, para evitar que el final sea el previsto en estas divisiones de libro. 

Estas escalas son casi siempre idénticas con independencia del siglo o del tipo de sociedad. ¿Dónde estamos ahora?

Para lograr cambios en las sociedades no siempre se tiene que recorrer toda la escala. Aunque muchas veces si. Los gestores de la sociedad —que no siempre son políticos— saben perfectamente a donde nos lleva cada escalón que subimos. Y pueden provocar los cambios para seguir subiendo o para bajar.