3.1.18

Solidaridad sindical en la Transición

Una de las constantes del sindicalismo de los años 70 y 80 era la solidaridad con los compañeros de clase trabajadora. En aquellos años todos eran considerados trabajadores con similares problemas y se entendía que lo que les estaba pasando a cualquier grupo de compañeros, nos podría pasar al resto en cualquier momento.

Las ayudas y los apoyos eran constantes. A sectores en crisis, a empresas concretas, a despidos o juicios. Los trabajadores sabían que su fuerza era precisamente estar unidos, y en eso los sindicatos sabían trabajar en esa línea, para demostrar fuerza y razones.

No voy a decir que todo esto se ha perdido ahora, no me da la gana quejarme. Hoy al menos. Pero hemos vuelto a una dignidad laboral muy similar a la de los años 70 y en algunos colectivos mucho peor, y si hay duda hablar con los jóvenes y sus contratos de horas o de días. O los motivos variados por los que en la actualidad te pueden decir que no vuelvas a trabajar. Ya ni te despiden. Y no hemos observado, ni por los sindicatos ni por el resto de trabajadores, la palabra solidaridad con la fuerza que tenía en los años 70. Igual es que no la necesitamos.

Solidaridad sindical en la Transición

Una de las constantes del sindicalismo de los años 70 y 80 era la solidaridad con los compañeros de clase trabajadora. En aquellos años todos eran considerados trabajadores con similares problemas y se entendía que lo que les estaba pasando a cualquier grupo de compañeros, nos podría pasar al resto en cualquier momento.

Las ayudas y los apoyos eran constantes. A sectores en crisis, a empresas concretas, a despidos o juicios. Los trabajadores sabían que su fuerza era precisamente estar unidos, y en eso los sindicatos sabían trabajar en esa línea, para demostrar fuerza y razones.

No voy a decir que todo esto se ha perdido ahora, no me da la gana quejarme. Hoy al menos. Pero hemos vuelto a una dignidad laboral muy similar a la de los años 70 y en algunos colectivos mucho peor, y si hay duda hablar con los jóvenes y sus contratos de horas o de días. O los motivos variados por los que en la actualidad te pueden decir que no vuelvas a trabajar. Ya ni te despiden. Y no hemos observado, ni por los sindicatos ni por el resto de trabajadores, la palabra solidaridad con la fuerza que tenía en los años 70. Igual es que no la necesitamos.