Juan Carlos Monedero en su libro “La Transición contada a nuestros padres” publica casi de entrada una serie de preguntas que dejo en la imagen, que él considera de un ciudadano perplejo. No coincido con todo el contenido del libro, como es lógico y él tampoco pretende, aunque sí con muchísimas de sus notas. Es muy complejo analizar fuera de tiempo lo que se hizo, pero su mirada ajena a esos años sí ofrece un perfil diferente y por ello añadido a lo que pudimos hacer y lo que tuvimos que dejarnos en el camino.
Estamos en otros años, pero seguimos en la Transición, pues no está acabada. Ahora es a gente como Monedero a los que les toca escribir los nuevos renglones de la historia. Desde muchos sitios, no solo desde la política de la gestión. Pero sin duda alguien debe cerrar esa Transición mal empezada y sobre todo muy controlada por los que deseaban que no se rompieran los jarrones de palacio.
25.12.17
Manuel Gerena, un poeta flamenco en la Transición
Si en Aragón tuvimos a José Antonio Labordeta, en Andalucía tienen todavía a Manuel Gerena, un referente en poesía por la libertad, un músico poeta que lideró en los años de la Transición (lo sigue haciendo) la lógica puesta sobre los escenarios de la voz del pueblo, de la contestación desde la palabra, la música y el arte, ante una transición lenta e insegura y antes a una dictadura agonizante, que no servía para la dignidad del pueblo español.
Sevillano, trabajador humilde, flamenco cantautor, llenó escenarios en los primeros años de la transición por toda España. En Zaragoza le recuerdo en sus primeros años cuando vivía en Barcelona, dando un recital en el barrio obrero de La Paz en Zaragoza, que dejó pequeño, creo recordar (puedo equivocarme) dentro de los salones de la parroquia, donde nos mostró a los presentes que el flamenco puede hacer por la reclamación de la libertad con sus quejíos poner no solo música sino sobre todo sentimientos.
Hoy Manuel Gerena es un referente reconocido, sigue llamando a las cosas por su nombre poético y a veces tremendamente duro, no está en nada de acuerdo con la situación actual de la sociedad que tanto defendió, y se le recuerda con sumo respeto por sus numerosas actuaciones y por su lucha inmensa para trasladar a la sociedad su poesía o la de otros grandes del siglo XX, siempre que le dejaban que en aquellos años no eran muchas veces, pues las prohibiciones de sus recitales eran constantes y su entrada en calabozos una forma de exigirle que se callara.
Rafael Alberti, le escribió a Manuel Gerena en el año 1971 este poema:
La coplas que a ti te salen, te salgan como te salgan, valen.
Porque tú no estás, ni estamos, para fuegos de artificio cuando apenas respiramos.
Escribir para cantar…, cuando se canta, lo escrito ya pertenece a la mar.
Te llamas Manuel Gerena, ¡qué bien consuena tu nombre con la pena!
La pena que es valentía cuando no dejan al pueblo más que pena y agonía.
Pena grande que quebranta los huesos si al pueblo ponen una soga en la garganta.
Canta muchacho andaluz, porque tu cante a la sombra le quita cruz y da luz.
Canta y sigue, por delante de ti se abre toda España a la honda voz de tu cante.
Sevillano, trabajador humilde, flamenco cantautor, llenó escenarios en los primeros años de la transición por toda España. En Zaragoza le recuerdo en sus primeros años cuando vivía en Barcelona, dando un recital en el barrio obrero de La Paz en Zaragoza, que dejó pequeño, creo recordar (puedo equivocarme) dentro de los salones de la parroquia, donde nos mostró a los presentes que el flamenco puede hacer por la reclamación de la libertad con sus quejíos poner no solo música sino sobre todo sentimientos.
Hoy Manuel Gerena es un referente reconocido, sigue llamando a las cosas por su nombre poético y a veces tremendamente duro, no está en nada de acuerdo con la situación actual de la sociedad que tanto defendió, y se le recuerda con sumo respeto por sus numerosas actuaciones y por su lucha inmensa para trasladar a la sociedad su poesía o la de otros grandes del siglo XX, siempre que le dejaban que en aquellos años no eran muchas veces, pues las prohibiciones de sus recitales eran constantes y su entrada en calabozos una forma de exigirle que se callara.
Rafael Alberti, le escribió a Manuel Gerena en el año 1971 este poema:
La coplas que a ti te salen, te salgan como te salgan, valen.
Porque tú no estás, ni estamos, para fuegos de artificio cuando apenas respiramos.
Escribir para cantar…, cuando se canta, lo escrito ya pertenece a la mar.
Te llamas Manuel Gerena, ¡qué bien consuena tu nombre con la pena!
La pena que es valentía cuando no dejan al pueblo más que pena y agonía.
Pena grande que quebranta los huesos si al pueblo ponen una soga en la garganta.
Canta muchacho andaluz, porque tu cante a la sombra le quita cruz y da luz.
Canta y sigue, por delante de ti se abre toda España a la honda voz de tu cante.
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