28.11.17

Detalles del nacimiento del sindicalismo en España. CC.OO. y USO

La implantación de los sindicatos tras (y antes) de la muerte del Dictador fue común en todo el territorio español. Las grandes fábricas, los sectores o gremios más potentes, se organizaron para huir del sindicato vertical, donde en teoría convivían en igualdad los empresarios y trabajadores, como si fuera el lugar de reuniones de una gran familia en igualdad de condiciones.

El sindicato vertical era un forma muy curiosa de tener sindicatos y no servir para nada, o la menos, no para defender a los trabajadores. Todo contacto de un trabajador con su sindicato gremial era comunicada con urgencia a los jefes de su empresa, que formaban parte del mismo y eran además los que lo sufragaban con sus dineros y ponían y quitaban presidentes o funcionarios. Todo legal, para controlar a los trabajadores díscolos y apuntarlos en listas negras.

La Organización Sindical Española se crea en el año 1940 para dar carácter de normalidad a las relaciones de los trabajadores con los empresarios. No existe otro sindicato y este se va dividiendo en secciones según gremios. Era obligatorio pertenecer a este sindicato. No se podía ser independiente.

Su inicio fue claramente falangista, copiando leyes y forma de organización similares en la Alemania nazi y la Italia de Mussolini. Posteriormente fue cambiando hacia figuras del nacionalcatolicismo, con clara influencia de la iglesia y de los colegios profesionales muchas veces organizados desde la parte empresarial alrededor del Opus.

A partir de los años 60 el Partido Comunista en el exilio ve una clara debilidad en el sistema del sindicato vertical y empieza a infiltrar a trabajadores que desde dentro comienzan a tomar posiciones débiles, pero suficientes como para ayudar de otra forma a los trabajadores con problemas. De todo ese entramado inteligente nacen las Comisiones Obreras con Marcelino Camacho a la cabeza. Y lo hacen sobre una organización que ya estaba funcionando en algunas provincias, USO Unión Sindical Obrera, que nace al principio de los años 60 (1961) apoyada por la iglesia más humana y favorable al Concilio Vaticano II que favorece la defensa de los trabajadores ante los abusos esclavistas de algunas nuevas empresas.



Nunca fue el Tarradellas de Aragón



El 1 de agosto de 1977 el periódico Diario16 publicaba esta noticia con la visita del ministro Clavero Arévalo a Huesca, para hablar con los parlamentarios aragoneses. El texto es curioso, pero sin duda al final se encuentra un detalle más curioso todavía. El nombramiento del Tarradellas de Aragón, que pone los pelos de punta por la comparativa. 

Se elige como Presidente Pre Autonómico de Aragón al turolense y economista José Ramón Lasuén, que solo estuvo seis meses en su cargo teórico.

En realidad fue nombrado Presidente de la Comisión Aragonesa que negoció con el Gobierno el traspaso de competencias entre la Administración Central y la Diputación General de Aragón, es decir en la llamada entonces Pre Autonomía, y nombrado definitivamente en abril de 1978.

Sus relaciones con el aparato de UCD del que provenía (pues fue asesor de Adolfo Suárez antes de Presidente de la Comisión Aragonesa) estuvieron salpicadas desde el primer momentos de tensiones, que culminaron con la apertura de un expediente disciplinario en septiembre de 1978 por romper la disciplina de voto, después del cual decidió abandonar el partido y pasarse posteriormente a Alianza Popular y luego al CDS. Su carrera política fue irregular y con diversos problemas incluso legales por acusaciones venidas de prensa de los EEUU.