17.10.17

Vivir todas las edades. Iñaki Gabilondo

Todas las edades hay que vivirlas en tres dimensiones: hay que vivir el presente, hay que saber recordar y hay que saber soñar. Si uno solo sueña, vive en las nubes. Si uno vive solo el presente y no es capaz de valorarlo por el viaje recorrido ni de proyectarlo hacia el futuro, vive con las orejeras puestas y no se entera de nada. Y si uno vive evocando el pasado y tratando de añorarlo, vive perdido.

Hay gente que no se toma la más mínima molestia para vivir de una manera inteligente, que le permita paladear la vida y entenderla, darle sentido, color y dimensión. Yo procuro siempre darle alegría e intensidad a lo que vivo.

Y como he vivido el paso del tiempo con naturalidad, he podido ir pasando etapas sin ningún particular sobresalto, sin que me sorprendiera el fantasma de los años.

Iñaki Gabilondo


Miedo a perder el puesto de trabajo en España en 6 meses

El número de españoles que tienen miedo a perder su empleo en el corto plazo es todavía del 37% en un final de 2017 en el que ya parece que hemos enfilado la salida de la crisis económica. Pero o es falso esto, o nos hemos encontrado con una legislación laboral que ha vuelto en totalmente voluble el puesto de trabajo.

En un informe realizado por Randstad en 34 países, el 37% de los españoles creen que en los próximos 6 meses van a tener que cambiar de empresa. Estas cifras entre los países de la Unión Europea sólo son superadas por Grecia, donde un 40% creen que sufrirán el cambio de empresa. La media en la Unión Europea es del 25%.

Aun así estos números han mejorado en España en los últimos seis meses, donde sólo creían poder mantener su puesto de trabajo un 32% de los españoles.

Si vemos que Luxemburgo tiene un temor a perder el empleo de un 15%, en Alemania de un 17% y en Francia de un 26%, vemos que los trabajadores españoles estamos en una confianza muy baja en la percepción de seguridad de nuestro puesto de trabajo.

Cuando una economía productiva se basa en una rotación excesiva de sus trabajadores, en puestos de trabajo de baja promoción y poca motivación, con sueldos bajos y una formación requerida muy diferente a la que posee el propio trabajador, el caos productivo está asegurado.

Si a eso le añadimos un tipo de contratos laborales absurdo y con exceso de variaciones y posibilidades que en nada favorecen la seguridad, trabajos en el sector de servicios en muchos casos y además excesivamente estacional, debemos concluir que nuestro mercado laboral y con ello económico, necesita un cambio tan profundo que no es cuestión de una crisis de coyuntura o crisis cíclica, sino en unas modificaciones rotundas en todos los aspectos laborales.