16.10.17

Formación de calidad, para afrontar el futuro

Hay consenso entre todas las partes políticas y sociales que gobiernas los Estados, que sin suficiente formación los propios países, sus sociedades y economías, funcionan mal. Y coincidimos todos en que la formación debe ser de alta calidad, innovadora, constante y permanente en la vida laboral y vital, y que los métodos y el profesorado debe ser de alta calidad y muy motivado.

Y también afirmamos casi todos que para superar los retos de los nuevos tiempos, más tecnificados y donde el trabajo va a tener que competir contra las nuevas máquinas, hay que crear nuevas oportunidades laborales, que entiendan el futuro como un tiempo de cambios emocionantes pero a la vez como un ciclo nuevo donde tendremos que vivir con menos trabajo.

Pero estas teorías totalmente admitidas, se quedan en nada a la hora de plasmarlas en decisiones, en reflexiones incluso, que sirva para poner en valor la nueva formación, los nuevos tiempos económicos y laborales, las nuevas profesiones, las oportunidades de ser válidos desde actividades que hoy no podemos ni imaginar.

¿Cómo queremos que sea el mundo dentro de un par de décadas? De nuestras respuestas depende la construcción del futuro. Es falso que todo venga dado por inercia, pues eso demostraría que somos mucho más tontos de lo que parecemos. Somos capaces de modelar el futuro laboral, técnico, económico, productivo, consumista, formativo, organizativo. No estamos en manos de las máquinas, ellas no piensan excepto que las obliguemos a pensar.

Pero sí estamos en manos de los que nos quieren como esclavos del siglo XXI y aquí es donde reside el silencio y la manipulación o la dejadez. Controlan algunos poderes la formación de calidad, su tamaño y su extensión, para así poder controlar sus beneficios. Pero cada uno de nosotros somos capaces de escapar de esos caminos pre diseñados, actuando personalmente buscando esos caminos de formación de calidad, saliendo de los caminos que nos prediseñan.

15.10.17

Qué hacer si te despiden con 58 años o más

Ayer un amigo de toda la vida me llamó para decirme que lo habían despedido. Tiene 60 años y aunque su futuro será la jubilación anticipada, no es pactada sino fruto de la deslocalización de su empresa de calzado que se fue escapando poco a poco a Marruecos.

Lo malo de estas situaciones no son tanto los problemas económicos, que los sufren mucho más los que terminan en el desempleo con 52 hasta 60 años, y que les resulta imposible encontrar empleo; sino la situación moral y de autoestima. Él era un cargo intermedio en la empresa. ¿Y ahora, se preguntará cualquier en su situación?

Hay que olvidarse en buscar trabajo (excepto que se tengan deudas), no merece el esfuerzo y el desencanto constante de recibir NO a todo intento de encontrar un trabajo nuevo. Cada NO o cada ofrecimiento de un puesto de trabajo de muy inferiores condiciones laborales y económica son un drama personal. Estamos hablando de la peor de las situaciones. No nos castiguemos recibiendo NO y sonrisas finjidas.

Si eres…:

Mayor de 58 años.
Mucha experiencia en un solo tipo de trabajo
Mando intermedio
Sueldo anterior muy aceptable

¿…qué consejo se os puede dar?

Lo primero…, tomaros con la máxima filosofía vital con la que podáis para conllevar el problema.

Después hay que intentar que las presiones que se reciben siempre por parte de amigos, familiares y conocidos —y digo presiones cuando a veces no lo parecen— no os afecten mucho. Escuchar y poco más. Las decisiones tienes que ser tuyas.

Después de esto, tras acudir a un buen abogado que os defienda hasta las últimas consecuencias posibles —que ahora no son muchas— hacer cuentas y ver si es posible vivir aceptablemente, con menos dinero pero con más libertad y salud.

Y tras esto, admitir que hay que montarse la vida de nuevo, pues si malo es estar desempleado, peor mucho peor, es estar desocupado y aburrido de vitalidad y autoestima. Eres igual de bueno que hace un mes, igual o más válido y te merecen cuidar esa nueva vida que ahora empieza.