16.10.17

Las 4 fases en el proceso vital de las empresas

En este gráfico realizado desde el Gobierno de Aragón a través de “Emprender en Aragón” podemos ver las diferentes fases del proceso de emprendimiento, y de qué forma se evoluciona en el tiempo y posibilidades, para analizar en qué punto está cada proceso de emprendimiento.

EMPRENDIMIENTO POTENCIAL - Se lleva menos de 3 años analizando el proyecto

Es el mundo de las ideas, de los proyectos, de la recopilación de información, del análisis de potencialidades personales, de la búsqueda de ayudas y planes de empresa.


EMPRENDIMIENTO NACIENTE - Llevan funcionando menos de 3 meses

Agrupa las iniciativas que ya están en fase de construcción, donde se ha pasado de la fase de análisis a la de toma de iniciativas y decisiones. Ya se sabe qué, y se está modulando con las primeras inversiones, aunque todavía no se está facturando. Un periodo de gastos, de miedos, de dudas, de necesidad de apoyos, de alegrías.


EMPRENDIMIENTO NUEVO - Llevan funcionando entre 3 meses y 3,5 años

La idea ya está funcionando, ya se empieza a facturar, a vender, a realizar la actividad económica que se pretendía, y con ello se empiezan los análisis reales y las comparativas. Se sabe a dónde se quería ir, se analiza donde se está, se ven los problemas y las soluciones, se observan ayudas que no han llegado y apoyos que no se esperaban. Se habla de crecer o no. Se ponen sistemas de control financiero y de calidad, se reconoce la importancia de la venta y del marketing constante para no perder posición.


EMPRENDIMIENTO CONSOLIDADO - Llevan funcionando más de 3,5 años

Esta fase es la que nos parece desde el principio la meta final. Es un error pensar así. Debe ser un seguir trabajando y modificando formas, es un asentamiento pero no una paralización de los análisis y los controles. Es un seguir analizando el proyecto, que ya funciona, pero que deseamos que nunca decaiga. El peligro en esta fase es el crecimiento desmedido, el abandono, la crisis personal o de socios, la pérdida de visión de la competencia y cómo esta te va adelantando, y al final el cierre si no sabes detectar los posible problemas latentes que todo proceso que se estanca, sufre siempre.



Los teléfonos móviles utilizados como juguetes

La facilidad de las nuevas tecnologías y sus herramientas, las convierten en juguetes muy fáciles para niños muy pequeños, y se los entregamos para que se entretengan o simplemente para que no nos necesiten. Los niños quedan encantados con las imágenes en movimiento, los colores que cambian, los sonidos que salen de un trozo de plástico. La facilidad total de un entretenimiento pasivo.

¿Es positivo o negativo entregar a un niño una herramienta tan compleja?

Pues depende de su edad. Que los bebés utilicen como un juguete algo tan pasivo, que les puede provocar hiperactividad y nerviosismo, y que en realidad no sirve para aprender a relacionarse con otras personas o con su entorno, es un gran error. No es la edad.

Su adicción es el primero ejemplo que nos debe servir de señal de alarma. Si ya no somos capaces de controlar su uso, si nos lo pide con mucha frecuencia y es el juguete que más utiliza, estaremos en el punto de evitarlo.

En los primeros años, los niños deben jugar con todo, tocar y sentir con los cinco sentidos, y deben estar guiados en sus juegos y no abandonados ante una herramienta. Aunque sea lo más sencillo y útil para los padres.

Con los últimos estudios realizados se recomienda no utilizar los teléfonos móviles como juguetes para niños menores de 8 años. Y hasta los 12 años hay que tener un control familiar de su uso, para que se conviertan en herramientas útiles y no en juguetes pasivos que arrinconan a los niños.