21.7.17

Edificio Ágora de Bogotá. Buscando el futuro

Os dejo una imagen del edificio Ágora de Bogotá en Colombia del arquitecto español Juan Herreros, como ejemplo de lo que están construyendo las ciudades que deseas caminar en búsqueda de un futuro diferente. Un lugar algo alejado del centro de la ciudad (por falta de espacio libre del tamaño que se necesita, en el centro urbano) en donde se edifica un complejo que intenta agrupar todos los “nuevos” servicios que se necesitan para atraer valor añadido a las ciudades.

En un entorno amplio, agradable y relajado, se construyen nuevos edificios con hoteles de alta calidad, salones feriales y de convenciones, museos, actividades culturales, centros de gastronomía de la zona e internacional, centros comerciales integrados, lugares de ocio y relajación, y sobre todo muy buenas comunicaciones para salir y entrar del nuevo núcleo de servicios, para moverse hacia el centro de la ciudad y para ir a los aeropuertos o estaciones de transporte.

Lo ideal es que estos nuevos complejos se pudieran integrar en las ciudades, dentro de ellas y a ser posible aprovechando zonas degradadas de las mismas, con lo que se conseguiría en la inversión lograr el doble objetivo de crear unos nuevos servicios de alta calidad y regenerar el tejido social. Admitiendo que eso supondría un encarecimiento de la zona y un desplazamiento lento de su actual población.

Todas las ciudades deben estar constantemente adaptándose a sus necesidades futuras, proyectando actuaciones que busquen ampliar el valor añadido de sus propios servicios, pero siempre aprovechando al máximo lo que se puede hacer con lo que ya se tiene. El futuro parece ser de los servicios hacia las personas, de la innovación en el comercio diferente, de las atenciones globales hacia el ocio, de la movilidad sostenible y tranquila. De la promoción de la ciudad y sus economías dentro de mercados globales y excesivamente amplios.


20.7.17

Las plazas centrales, son los iconos de las ciudades

Esta plaza es un icono mundial. Como esas otras tres o cuatro plazas que repartidas por el mundo todos conocemos por el nombre y que muchas veces nos hemos planteado intentar visitarlas como deseo a veces muy complicado. Esta es Times Square, pero no voy a hablar de este lugar en concreto, sino de su uso y utilidad.

Las PLAZAS urbanas son los corazones de las ciudades, esos elementos centrales de reunión, de atractivo interno y externo, y sin las cuales las ciudades pierden su sentido. En Madrid tenemos la la Puerta del Sol o la Plaza Mayor, en Barcelona la Plaza de Cataluña, en Zaragoza la Plaza del Pilar, en Valencia la Plaza del Ayuntamiento.

En New York tienen Times Square desde donde juran su cargo alcaldes o desde donde se celebra el inicio del Nuevo Año. Pero las plazas viven cada día del año, y necesitan tener sentido los 365 días de cada año. Times Square siempre está lleno de personas que miran o visitan, deambulan o se quedan sentadas contemplando el paisaje. Es un paisaje único, curiosamente un paisaje natural pues está lleno de personas.

Aquí se hace danza o se venden pequeños recuerdos, se hacen barbaridades violentas o se montan pequeños altares de recuerdo. Aquí se come o se bebe con unas fuertes medidas de seguridad, como es lógico por ser el lugar que es. Pero sobre todo aquí el viajero se sorprende.

Una plaza central de una gran ciudad debe sorprender, debe tener su personalidad propia y demostrarla nada más mostrarse al viajero. Quien salga del Metro en la zona de Times Square debe quedar con la boca semiabierta, y darse cuenta que está ante un lugar icónico, como sucede si entras en la Plaza Roja de Moscú o en la Plaza de Tiananmén de Pekín. Cada una además con su propia y diferente personalidad. Cada una con su horario excelente y particular para ser visitadas con más éxito.