27.4.17

Las ventanas que no servían para ver

Cuando hablamos de urbanismo actual, y lo comparamos con los anteriores, debemos intentar comprender sus significados, las motivaciones que les llevaron a realizar algunas actuaciones que hoy nos parecen absurdas.

Hoy este tipo de ventanas son absurdas, pero por motivos de seguridad y religiosos, es decir sociales con arreglo a las formas de vida de hace (en este casi) once siglos, aquellas ventanas eran estrechas y casi sin sentido.

Servían únicamente para airear. No eran utilizadas ni para ver ni para ser vistos. Y si acaso para defenderse. La vida familiar se realizaba de puertas para dentro, y el sentido de la ventana y mucho más del balcón, vino siglos después, con la Reconquista y el cristianismo, más dado a la utilización de la calle como elemento de relación entre personas, a cambio del hogar que era el elemento cerrado y básico de las relaciones islámicas.

Con la ventana y el balcón todos se podían relacionar con mucha más facilidad. Y todos se podían vigilar también, con más astucia y éxito. La calle sirve para relacionarse y para conocerse, pero también para saber quien no quiere relacionarse, quien se relaciona con quien.




25.4.17

Las casas de los indianos, atractivo turístico a conservar

En muchas zonas locales de los territorios donde más personas tuvieron que emigrar en los años malos de finales del siglo XIX o del principio del siglo XX, de Galicia, Cantabria, Asturias y País Vasco sobre todo, pero también en Cataluña, Canarias o Murcia y Valencia, es normal ver casas construidas por estas familias cuando volvían a sus territorios de nacimiento, tras los años de éxitos en América.

Son las casas conocidas como "indianas" por su urbanismo que se asemejan en forma y color, en los aleros o en las decoraciones y balconadas, a las casas de ciertos países o zonas de América Central o América del Sur.

Los indianos volvían ricos, siempre, pues los que no lograban el éxito en su periodo de migrantes, no volvían. Y los que lo hacían, en muchos casos, además de construir grandes casas en las mejores zonas de sus pueblos, solían convertirse en pequeños caciques locales, pues su dinero y su experiencia en el mundo de los negocios, le abrían las puertas del emprendimiento.

En algunas localidades del Norte de España, se conservan las casas que han superado los años malos de mitad del siglo XX y hoy son un atractivo más para las visitas turísticas a estas zonas.