22.4.17

Insostenible crecimiento poblacional

Cada día el mundo crece en unas 230.000 personas, que no son las que nacen (unas 390.000) sino la diferencia entre las que nacen y las que se mueren. Esto supone que cada 4 días y poco el mundo tiene un millón más de personas. Un millón que curiosamente ninguno es aragonés, que necesita comer, emplear agua y energía, ocupar un espacio vital tanto él como lo que consume. Porque el mundo no crece, seguimos estando en el mismo espacio físico.

En el año 1970 éramos en el mundo la mitad de personas de las que somos hoy. En 45 años nos hemos duplicado. Si seguimos mirando hacia atrás, la anterior duplicación necesitó 60 años para producirse. Y la anterior unos 130 años. Y sobre unos 500 años la anterior. Exponencialmente es cruda la realidad.

Nadie se atreve a decir cuántos habitantes tendrá el planeta dentro de otros 45 años, y los cálculos nos hablan de unos diez a once mil millones, basándonos en el crecimiento actual. Hay que entender que cuanto más bienestar social hay en los países, menos tasa de fecundación y aparentemente se está frenando el crecimiento exponencial.

Yo tengo 61 años recién cumplidos. El día de mi nacimiento había en el planeta 2.796.082.786 personas. Hay relojes que te muestran casi todo, y por ello sabemos que hoy estamos en el mundo 7.499.552.232 personas. Crecimiento brutal que hace sonar las alarmas de la sostenibilidad. Si a estos números le añadimos que el consumo diario de energía, de agua, de alimentos, de naturaleza muerta, es inmensamente superior por persona que en el año 1956, vemos más todavía que es imposible un crecimiento con esta magnitud.

Algunos teóricos hablan claramente de la solución fácil de poner controles de natalidad, libres y fáciles, a costa de más sistemas de planificación y de más calidad de vida y libertad para las mujeres y las familias. El otro mecanismo de control de la población es terriblemente más sangriento. ¿O acaso creemos que el mundo es infinito y que estos datos son falsos?

Vamos a ver un ejemplo sencillo de entender. Pakistán. Tiene una superficie que es 1,5 veces la de España, o unas 16 veces la de Aragón. Pero en cambio tiene 4,2 veces la población de España, y 151 veces la población de Aragón. Ni España crece, ni Aragón crece. Pakistán crece poco, pero aun así supera el millón de más habitantes cada año entre los 1,7 millones que nacen y los 0,43 millones que mueren.

La importancia de las NO decisiones

Sabemos cómo es nuestra sociedad, de qué forma funcionamos, hacia donde parece que vamos. Sabemos qué nos está sucediendo. Esto último, casi, pues hay muchas cosas que se nos ocultan. Pero lo que no sabemos es hacia donde debería haberse movido nuestra sociedad, si se hubiera actuado de otra forma.

No podemos saber en qué punto nos encontraríamos hoy, si se hubieran tomado medidas sociales y políticas distintas, en cada momento clave de nuestra historia mundial, europea, española o zaragozana.

Y es precisamente en este punto donde nunca pedimos responsabilidades a los que gestionan, cuando es en realidad un asunto crucial para los resultados.

Criticamos lo que se hace.

Pero no criticamos lo que NO se hace.

La sociedad se mueve a golpe de unas decisiones que conocemos, pues se toman y las vivimos, las vemos. Sean positivas o negativas. Pero desconocemos todas las decisiones que se han analizados y se quedaron sin realizar por diversos motivos. Y sin duda, desconocemos más, aquellas decisiones que nunca se evaluaron y por consiguiente nunca formaron parte de las posibles.

Esta semana estuve en una mesa de trabajo para tomar decisiones muy importantes sobre una gran ciudad. Se evaluaron decenas de propuestas teóricas, se eligieron tras unos análisis profundos algunas de ellas, y ahora hay que darles cuerpo, forma, financiación, sentido social y llenarlas de contenido, incluso de técnicos que las pongan a trabajar.

Los asistentes éramos (la mitad) todos políticos. ¿Un desastre verdad? Noooo. Éramos cinco políticos asistidos por cuatro grandes técnicos. Tranquilos todos. Incluso os diría que los políticos…, igual somos gentes que sabemos leer y escribir y en nuestra vida anterior hemos podido ser también técnicos. Hay de todo en la viña de donde sale el buen vino. Y el malo.

Lo que quiero mostrar sobre estas líneas, es que la suma de decisiones, de descartes, de opiniones encontradas entre ideologías muy diferentes, han logrado un resultado. Pero podrían haber salido decenas de ellos, totalmente distintos unos de los otros.

Con el tiempo, en este caso en el medio plazo, se nos podrá juzgar por nuestras decisiones, pero nunca se nos podrá juzgar por las decisiones de este jueves, pues nadie sabe qué ha quedado descartado. Y posiblemente algunas de esas ideas fueran más influyentes que las elegidas. O más catastróficas.