24.12.16

Ser baboso es agredir. No seas tonto


Los hombres no siempre entendemos bien el sentido común en las relaciones (generalmente) entre personas de diferente sexo, al menos en la misma medida que las mujeres, lo que nos convierte en más débiles en la inteligencia emocional de la relación social. Si a alguien no lo conocemos de nada, no tiene ningún sentido decirle un piropo. 

¿Le diríamos “guapo” a un señor de 50 años que pasea por la calle, aunque fuera guapo? ¿Le susurraríamos con cara de degüello “qué piernas tan bonitas tienes” al repartidor de correo de todas las mañanas, que lleva un bigote de sorprender? ¿Le miraríamos el culo con osadía de cazador, al señor joven que va con sus dos hijos de la mano hacia la escuela?

Estos tres ejemplos me sirven por igual, si quien osa decirnos “guapo” o “chulapo” es un hombre o una mujer. Yo personalmente si una mujer me mira con descaro el culo…, me quedaría sorprendido y anonadado. Y le recomendaría que se cambiara las gafas de culo de vaso que llevaría, seguro, pasadas de graduación.

A las personas hay que decirles “guapo o guapa” si las conoces…, y sabes que te lo entienden y te lo admiten. Y aunque hay que tocarnos más todos. Incluso mucho más. Y darnos abrazos de oso o de árbol, pero sin agredir con la mirada, con las manos, con la boca, con el pensamiento, debemos saber a quién y si hay duda preguntar.

Ya sé que a los hombres nos han programado para que se nos vaya la vista hacia el canalillo, y que debemos entrenarnos en evitarlo. Bien, admitimos pulpo como animal babosete y de muchas patas. Lo llevamos dentro. Es decir, lo tenemos que educar. Pero entrenémonos en desaprender, que ya no estamos en la cueva.

Os doy un truco. A mi me gustan mucho las manos femeninas. Si les miras las manos a una señora, ellas no sospechan nada. A cambio, si te gustan las manos, eras capaz como león cazador de curarte poco a poco de tus instintos. Pero no le contéis el truco a las mujeres, que se esconderán las manos. Schissss!, es secreto.

Azoteas Verdes. Una iniciativa desde Zaragoza

Ayer el Ayuntamiento de Zaragoza aprobó por unanimidad una moción en Pleno de CHA que insta a redactar una norma municipal que apoye y promocione la posibilidad de que en los grandes edificios privados que tengan azoteas, las comunidades de vecinos trabajen por utilizarlas y convertirlas en Azoteas Verdes. Así mismo en los edificios públicos se va a empezar por trabajar en la misma línea.

Estos cambios de uso urbano de las azoteas ya funcionan muy bien, legislados por los ayuntamientos de Toronto, Chicago, Copenhague, por toda Suiza. En España hay trabajos también apoyados por las instituciones en la Comunidad de Madrid, Vitoria y Barcelona. Ahora será Zaragoza la que incidirá (más) en estos trabajos de futuro para mejorar nuestras ciudades.

El plan de Azoteas Verdes consiste en ir hacia un sistema de urbanismo amable que solo tiene ventajas para la ciudad y para sus usuarios más cercanos. 

Absorben en las zonas donde hay pequeñas plantaciones hasta el 80% de la lluvia, reducen el efecto de “isla de calor” mejorando el clima de los barrios sobre todo en aquellos que carecen de masa verde o árboles en la calles, protegen al edificio de los rayos UVA y los cambios bruscos de temperatura, aisla térmicamente en verano e invierno a los pisos que están debajo de las azoteas, aíslan acústicamente de los ruidos de la propia ciudad, mejoran el paisaje urbano, creando pequeños huertos o paisajes verdes en las azoteas de las comunidades de vecinos que sirven para el autoconsumo, muchas veces de productos que no es tan fácil encontrar siempre en las tiendas como pueden ser plantas aromáticas.

Hace pocas semanas se nos mostraba el huerto urbano que en la azotea tiene el Hotel Wellington de Madrid, para ciertos productos. La única crítica que se hace a estos huertos urbanos en las ciudades es que reciben la contaminación que viene de la calle. Es decir, la misma que nosotros respiramos. Precisamente para evitar este problema es para lo que se trabaja desde los Ayuntamientos. Hay que recordar que por cada metro de huerto urbano, se tiene constancia de una diez veces más de capa vegetal en forma de macetas, árboles o césped en las mismas azoteas.