28.8.16

Parque Venecia. Árboles sin cuidados en Zaragoza

Como muestra de que es muy complicado hacer urbanismo verde sin contar con la economía de los ayuntamientos, el caso de Zaragoza es ejemplar. En los últimos tiempos, ejemplar en negativo por su mal cuidado, y en positivo pues viene a refrendar nuestra idea de que no es posible diseñar verde sin tener en cuenta su coste. En este blog deseamos unas ciudades más verdes, pero insistimos en que los deseos deben convertirse en realidad a costa de mantenimiento. Una escultura es un objeto con pocos cuidados sis e sabe elegir el material. Una zona verde requiere de atenciones municipales que hay que admitir desde el primer día.

En el nuevo barrio de Parque Venecia de Zaragoza donde ya viven más de 3.000 personas, el cuidado de sus árboles deja mucho que desear, dentro de una serie de problemas que no se resuelven bien en las zonas verdes de la capital del Ebro. De los casi 50 árboles que se hay en la nueva calle La Vogalonga, “solo 12 de ellos poseen hojas verdes”. El resto, según el presidente de la Asociación de Vecinos Residencial Parque Venecia, están secos o moribundos, como sucede con los árboles de la cercana calle Teatro La Fenice. Los vecinos denuncian la falta de cuidado de un arbolado que pobló la zona hace aproximadamente cinco años, con la nueva urbanización del barrio Parque Venecia, pero “que no se ha mantenido adecuadamente”.
                                       
En Parque Venecia existe un sistema de riego por goteo que alcanza todos los puntos del barrio, aunque no con la misma intensidad. “Hay agua, porque vemos que la hierba crece, pero encontramos varios lugares en los que, por diferentes motivos, los árboles están secos y dan una imagen lamentable”, cuentan desde la Asociación, que solicitan que esos ejemplares se retiren o se sustituyan por otros si no pueden crecer bien porque hay mucho viento o porque no les llega el agua”.

Además, el representante vecinal añade que se dan casos de terrenos municipales en las que, sin tener ningún tipo de mantenimiento ni recibir agua, el arbolado crece; mientras que en puntos donde hay un parterre, un árbol y una tubería de riego, el ejemplar se está secando. Esta es una zona muy nueva y los vecinos solicitan por parte de los servicios municipales, un poco de mantenimiento para que todas las zonas verdes estén dignamente cuidadas.    

En el Rincón de Goya (Zaragoza), tenemos un monumento al Ebro

Hay grandes ciudades —aunque sean pequeñas— que conciben su principal zona verde como un museo de esculturas al aire libre siguiendo un discurso casi museístico. Lamentablemente, el Parque José Antonio Labordeta de Zaragoza ha sido más bien, almacén de monumentos y acomodo de diversos bustos y estatuas que no tenían cabida en otro lugar de la ciudad, como la Fuente de Neptuno, la conmemorativa de la Exposición Hispano-Francesa, o el Quiosco de la Música, incapaz hoy de ofrecer el uso de su fin originario por la contaminación acústica de de la zona donde se encuentra.

En el Parque José Antonio Labordeta de Zaragoza se levantó el Rincón de Goya, un gran espacio que seguía la propuesta del paisajista Xavier de Winthuysen de 1924, como ejemplo de lo que se puede y debe realizar en un gran parque, para darle un uso mayor que una zona de recreo pasivo. El edificio central es obra del arquitecto Fernando García Mercadal, que introdujo las entonces revolucionarias ideas racionalistas al Sur de los Pirineos. El proyecto (1926) es un hito de la arquitectura racionalista, siendo el primer edificio proyectado siguiendo las propuestas de Le Corbussier, fue ciertamente revolucionario, tanto formalmente (una propuesta racionalista cuando triunfaba el historicismo o el modernismo en Aragón), como conceptualmente (siendo precursor de las “casas de cultura” francesas). Frente a una escultura, el Rincón de Goya sería un museo dentro del Parque, una biblioteca y una sala de exposiciones consagradas al arte. Jamás lo fue.

El Rincón de Goya no ha sido ni entendido ni valorado nunca por Zaragoza. La prensa del momento llegó a afirmar que: “lo ideal es que el edificio desaparezca o se deje de ver entre la hojarasca del bosque”. Aún hoy, lejos de la concepción primigenia, alberga un colegio y sólo sería catalogado como Bien de Interés Cultural hasta el 23 de enero de 2003, más de 75 años después de construido.

En esa zona encontramos el “Monumento al Origen”, concebido para la orilla del Río Ebro, del que parecería emerger (pues carece de pedestal), la imagen de una mujer destinada a rememorar el pasado ibérico de la Ciudad. No fuimos capaces de encontrarle un sitio lógico en las orillas del río Ebro y hoy está erigido en el Rincón de Goya, fuera el entorno para el que fue concebido y en un lugar que nada tiene que ver con lo que representa, ni con la figura de Goya, ni con la concepción del conjunto arquitectónico que lo recuerda.

La obra, desconocida para buena parte de la ciudadanía, fue realizada en 1984 por distintos escultores de la Asociación Pablo Gargallo (Isabel Queralt, Gregorio Millas, Alberto Pagnussat, Pilar Pérez Subías, Fernanda Sanz Revilla,…), asociación que realizó diferentes obras urbanas a lo largo de los años ochenta. Una propuesta más de la ebullición cultural que en tantos aspectos vivió Zaragoza en los años ochenta del siglo pasado, hoy dormida como gran ciudad, aunque sea una ciudad grande.

Se trata de una escultura realizada en piedra de la Puebla de Albortón que representa una cabeza de mujer de formas ciclópeas que recuerda los modelos de las esculturas ibéricas, en especial la llamada “Dama de Elche”, de allí que también sea conocida como la “Dama Ibérica” o la “Dama de Zaragoza”. Porta las características ruedas que cubren las orejas, de origen jónico, que portaban las mujeres íberas, como atestigua Artemidoro de Éfeso y repite las facciones propias de las esculturas ibéricas, influidas por las primeras esculturas griegas.

Una escultura contemporánea de formas arcaizantes, que representa nuestro origen, y que yace desvalida y olvidada en un rincón de un parque. Toda una metáfora de lo que para la sociedad aragonesa es, a veces, su origen.

Jorge Marqueta Escuer.