25.8.16

Árboles condenados a morir por desidia

Estos árboles son el ejemplo del mal trabajo de mantenimiento de las zonas verdes, que hay que mejorar en los parques urbanos de las grandes ciudades (las pequeñas cuidan más estos problemas). Algo que hay que evitar sumando más cuidado (y más horas totales) de los técnicos municipales o privados que se dedican desde la jardinería a cuidar los árboles de los parques, y que deberían tomar medidas antes de que sea demasiado tarde.

Estos pinos son una pequeña muestra de lo que sucede en muchas ciudades, y ejemplos como estos hay a decenas en cada una de ellas, aunque también hay que reseñar que en algunas ciudades estos problemas se corrigen en cuanto se detectan. 
 
Las ciudades con fuerte viento y en donde los árboles no siempre se plantaron a la profundidad necesaria, son los más proclives a este problema, y al crecer algunos ejemplares se inclinan peligrosamente. Si no se actúa sobre ellos en el momento preciso, con un mantenimiento básico que es colocar unos tutores especiales con una zona de apoyo clavados en el suelo, bien de madera o de hierro, para que el árbol no se siga torciendo, al final el árbol se tala y se dejan las raíces y no se planta nada y queda el testimonio vacío de un mal trabajo en mantenimiento.

24.8.16

Parque de los Sentidos. Marín, Pontevedra. España

La Granja de Briz o El Parque de los Sentidos, está situado en la Villa de Marín, a unos diez kilómetros de la ciudad de Pontevedra. Este curioso parque tiene su origen en la antigua Granxa de la Costa de los monjes de Oseira, que en el de año de 1999 fue comprada a la familia Briz por el Ayuntamiento de Marín que la acondicionó para ocio y recreo en el año 2011.
Este parque de cuenta con una zona de aventura, con lagos, toboganes y juegos en la naturaleza, una laguna natural y otra artificial.

La Granja de Briz tiene una superficie de 23.690 metros cuadrados, y dispone de un auditorio al aire libre con un escenario, a manera de bancada perfecta para disfrutar de los conciertos y espectáculos.


La Granja de Briz alberga tres edificaciones. La primera es el chalé principal, construido en los años cuarenta y que acoge diversas oficinas municipales y talleres de empleo. La segunda es “La casa bodega”,  que es una casa tradicional de la zona y la tercera es la denominada “Casa de los caseros”.

Sin duda es un lugar para relajarse y disfrutar —como su nombre indica— con todos los sentidos, el aroma de las azaleas, jazmines y los árboles, el tacto al contactar con las especies naturales que existen, el sonido del agua, o la tranquilidad y sin duda de la vista, pues desde su parte más alta se disfruta de un atardecer, o una vista espectacular de la Villa de Marín.

Dada la cantidad de especies de árboles y de juegos infantiles que tiene este entorno, es ideal para realizar excursiones con niños.




Cerré los ojos e imaginé un lugar mágico
donde era transportado por suaves
aromas de mi tierra,
donde los árboles hablaban

de las sonrisas de los niños,
las aguas susurraban
historias de enamorados y las piedras
escondían el latir de un pueblo.

Abrí los ojos,
y me puse a trabajar en ese sueño.

Te invito a entrar en él
 y disfrutarlo conmigo.