21.8.16

Cubierta verde en Sants. Barcelona. España

La cubierta verde que se ha creado sobre las vías del tren en el barrio de Sant de Barcelona es un ejemplo a tener en cuenta a modo de los que ya existen en ciudades de los EEUU, como aprovechamiento del espacio superior de las vías férreas, para que no sean una cicatriz cuando menos horrorosa para su entorno, y se puedan crear encima de ellas vías verdes, parques con nuevos diseños y adaptando la masa vegetal a su nuevo concepto de construcción totalmente asentada sobre una base artificial.

Este cajón que ha tapado las vías hasta convertirse en un nuevo parque en altura tiene unos 800 metros lineales y un tamaño total de unas seis hectáreas, actuación urbanística que además sirve para silenciar los ruidos de los trenes y para dar más movilidad a la zona al permitir pasar de un lugar a otro de las vías por más lugares que antes. 

No ha contado con la aprobación de muchos vecinos, que hubieran preferido el soterramiento de las vías del tren, actuación mucho más cara pero que hubiera evitado afecciones a los vecinos de los edificios cercanos, que ahora se encuentran con un parque donde los paseantes están a la altura del tercer piso de las viviendas. Esto es también lo mismo que ha sucedido en por ejemplos New York.


El diseño de este nuevo espacio verde ha tenido en cuenta las necesidades de uso de los vecinos de la zona priorizando el deporte al aire libre, el paseo y la relajación entre las actividades a poder realizar en el nuevo vial verde. Como en toda nueva iniciativa en una ciudad grande, la preocupación de los responsables del diseño es el vandalismo posterior, al ser una zona en alto, de algo más complicada vigilancia y que nace con críticas en la zona por parte de colectivos diversos. La seguridad es imprescindible.

Los árboles plantados para dar sombra han sido tipuanas y séforas. Se ha creado una zona de juegos infantiles y se descartó desde el principio una zona para perros. Los árboles recién plantados no van a dar sombras hasta dentro de unos años, por lo que de momento se han instalado pérgolas que complen en parte esa función. La comunicación entra las dos partes del barrio se ha resuelto con dos escaleras mecánicas que suben los 10-12 metros de altura más seis ascensores.

Todas estas actuaciones han creado tensiones entre los vecinos, por las diferentes ideas que se plantearon y también por la especial sensibilidad social de algunas zonas concretas del entorno. 

La idea como nueva zona verde es buena, ya se ha ido planteando en otras ciudades, pero hay que conjugar los costes con los deseos de los vecinos del entorno. Y hacer un seguimiento en estos primeros cinco años para ver de corregir si fuera necesario algunas desviaciones de uso.

20.8.16

Hace más de 10 años que empezó este blog

Este blog cumplió el mes pasado 10 años, casi en silencio, apagado o fuera de cobertura, callado por propia decisión al ir trasladando sus nuevas entradas a otras ventanas, pues todo tiende a transformarse, y un blog, como un libro, debe comenzar y también acabar.

En el momento de nacer, allá por julio de 2006, sin duda no pensaba en que llegaría a los 10 años de edad. Eso es mucho. Con él he aprendido a escribir, he modificado mis hábitos sociales, he andado muchos caminos, he desandado otros, y me encuentro mucho más viejo pero con muchas más ventanas abiertas, tantas, que me resulta imposible atender como se merecen.

Un blog requiere atención constante o si no es mejor abandonarlo. Se debe a sus electores pero también a uno mismo. Es una afición como el que es de un equipo deportivo o de un programa de televisión. Todo evoluciona y todo se mueve de sitio. Para que este blog pudiera renacer sería importante borrar muchas entradas viejas que ya no encajan con mi forma de pensar. O no. Tendría que secar otros blog que ahora están funcionando aceptablemente, pero sin duda, pocos me darán las satisfacciones de este, que fue el primero y por ello el más querido.

A veces me acuerdo de él, le doy un empujón, lo muevo un poquito para ver si está vivo, y lo vuelvo a dejar callado. Son cosas de la añoranza. Creo. En aquellos días mi hijo era admitido en la Universidad para intentar hacer la carrera de Económicas y hoy es profesor, y mi hija sufría un pequeño accidente en su trabajo con una carpeta que le hería un ojo. Yo salía de una operación de corazón y simplemente quería gritar. Hoy ya no grito.