Dicen que la diferencia entre un optimista y un pesimista o negativista es su grado de información. Y no es cierto. Es su grado de responsabilidad consigo mismo y sus ganas de actuar. Todo es relativo: para nosotros pero también para todos los demás. Nada es malo del todo, pero tampoco hay nada bueno para siempre. Cada situación tiene múltiples lecturas, y son esas lecturas las que nos convierten en optimistas o pesimistas. Si aprendemos a mirar desde el positivismo, sabremos trabajar para convertir cada elemento que no nos guste, en algo positivo y por ello seremos más optimistas. De lo negativo se aprende, de lo positivo hay riesgo de estancarnos y quedarnos conformes.
31.7.16
30.7.16
No es lo mismo ser pobre que no tener papeles
El humor es maravilloso para perderle el respeto a los asquerosos. Se deja emplear la segunda lectura, el doble punto de vista, para darle la vuelta a las tristes realidades. ¡Snif!
¡Es falso que no dejemos pasar a los sin papeles. A los que no dejamos entrar es a los sin dinero!
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