3.6.16

Mala formación de nuestros empresarios. Lo dice el Banco de España



Hace más de una década que ya escribí sobre uno de los problemas que estaba detectando en mis trabajos dentro de diversas empresas cuando mi trabajo era auditar o analizar proyectos o inversiones desde distintos foros o empresas. 
Ese mismo problema ahora lo señala el Banco de España en una lógica llamada de atención, aunque tarde. 

¿Quien se atreve a decirle a los empresarios que lo están haciendo mal? 

La comparación con Europa como vemos en el gráfico es una fotografía clara de la economía de los países. Cuanto menos preparación de los empresarios, peor economía de los países.

La formación del empresariado español es muy bajo, salvándose muchas excepciones pero totalmente insuficientes, sobre todo entre las PYMES. 

Es cierto que también es muy baja entre muchos trabajadores, pero parte de su baja formación, en este caso, también es responsabilidad de los incapaces empresarios o mandos directivos. Un directivo tiene que dedicar mucho más tiempo a su propia formación.

Es habitual en el mundo de los empresarios o de los directivos de nivel medio y alto que no se hable bien idiomas básicos como el inglés o el alemán, que no se tenga formación universitaria acabada, que no se hayan actualizado profesionalmente desde su juventud al ritmo que demanda su profesión. 

En muchos casos creen que con saber justo lo que necesitan para su encerrado trabajo, sirve para seguir vivos en el mundo empresarial, y siendo cierto a veces, es muy diferente que ellos sobrevivan a que lo hagan sus empresas o que ocupen el lugar en la sociedad que todo tejido empresarial tiene encomendado.

2.6.16

Los pobres son pobres con motivo. Faltaría más

El genial Fito Vázquez nos deja un duro dibujo, una viñeta que dice todo con pocas palabras. La pobreza infantil existe y no siempre la queremos ver. En España o en Europa, en Bruselas o en países que consideramos mucho más pobres. La pobreza infantil va unida a la pobreza en general, pues los pobres también tienen hijos. Y heredan la pobreza, la misma a la que se ven condenados sus padres. La pobreza no se elige, es una condena que selecciona a personas. Y cuando no somos pobres nos creemos que ellos, lo son por algún motivo. Y es cierto. Lo son por un motivo claro. Porque nosotros queremos que sigan siendo pobres.