9.4.16

Serviría el chutzpah israelí en España?

Es reconocido el espíritu israelí para lograr objetivos económicos espectaculares con unos sistemas de organización que además de copiables y novedosos, se basan en las personas y por ello son mucho más fáciles de lograr, si como sociedad somos capaces de convencer de su eficacia y éxito, además de su facilidad para que los beneficios sean para y entre todos.

Ellos en Israel lo llaman “Chutzpah” que traducido sería la suma de una serie de palabras castellanas que ya nos indican claramente de qué va esa tecnología tan novedosa y rompedora, además de barata y sencilla. Audacia, insolencia, confianza en uno mismo, gran fortaleza, coraje, descaro, osadía, nervio, entereza, ardor, incluso caradura positiva, sana crítica a todo. En Aragón lo llamamos “rasmia”.

En Israel todo el mundo puede solicitar información a todo el mundo, de abajo arriba. No sólo son aclaraciones, sino las puertas para incidir, para poner en cuestión las órdenes, para opinar y sumar. Y todo el mundo acepta esa forma de comportamiento. No se trata nunca de poner en cuestión a las personas, sino a las normas, a las formas, a los modos de trabajar o de realizar todo. Sólo quien tiene talento y se lo cree, será capaz de ejercer el chutzpah pues enfrente tendrá siempre a otra persona que con la misma educación y deseos defenderá su propia opinión. Desde lo positivo, pero desde el trabajo por mejorar, por poner rasmia en buscar procesos de mejora contínua. Chutzpah para mejorar personalmente, mejorando la sociedad.

Estos procesos de relación con los métodos y las organizaciones se enseñan y por ello se aprenden desde las escuelas, y sin duda ninguna en las universidades. Los estudiantes cuando llegan a las universidades han viajado por el mundo en lo que es casi una obligación mental de dedicar un año sabático tras el servicio militar obligatorio antes de entrar en las universidades a construir su propio futuro personal. Un proceso vital inverso al habitual. Propiciando que cuando llegan a la universidad ya han conocido situaciones vitales de especial importancia personal.

Si a estos procesos personales de chutzpah se unen la ayudas en investigación del gobierno o la facilidad para crear incubadoras de empresas con suficientes presupuestos para ayudar de verdad en encontrar opciones de innovación empresarial, tenemos los mimbres de un nuevo sistema para crear economías más efectivas en una España que cada vez es más gris, más apagada y con menos capacidad para salir de su mediocridad.

Urbanismo de Zaragoza y la importancia de las decisiones

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Hay ciudades que su urbanismo fundacional se mantiene durante siglos, incluso de por vida marcando con rotundidad no ya el centro de la ciudad presente sino el desarrollo de toda ella y de una forma muy clara, durante siglos. Zaragoza es una de ellas. Fundada hace más de 2.000 años por los romanos, sigue manteniendo todo el perímetro primitivo rodeando la ciudad histórica, y logrando con ello que todo el crecimiento zaragozano sea (casi) concéntrico sobre esa zona aunque hoy haya crecido 300 veces de población sobre su primitivo estado fundacional. Crecer supone también forma de avenidas, cinturones, polígonos industriales, situación de los grandes Centros Comerciales, etc.

El río Ebro marca otra línea clara del urbanismo zaragozano; pero si nos fijamos vemos que los tres (casi) principales puentes sobre el río siguen estando en los tres puntos del perímetro marcado por los romanos y que se unían al cauce del río. Los dos extremos del perímetro y la desembocadura de la calle importante en la zona central, el Cardo romano que terminaba en el primer puente importante de Zaragoza. Y sobre ese punto se crean también importantes carreteras que sirven para huir, llegar o volver, y que todavía son las utilizadas.

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Cualquier transformación temporal de las ciudades en el urbanismo nuevo debe hacerse con sumo cuidado, pues todo afecta a la propia ciudad, y nunca se sabe para cuantos años o siglos. Zaragoza no sería hoy igual se se hubiera construido hace 2.000 años vertical en vez de horizontal, o sobre las dos orillas del río Ebro en vez de sobre una sola, o aprovechando más las orillas del Ebro en un diseño más alargado en vez de adentrarse hacia el interior buscando los entonces campos productivos, en busca del agua y los terrenos agrícolas del otro río de Zaragoza, la Huerva.