1.3.16

Podemos ha jugado muy mal. El IBEX 35 muy bien

Hoy Pedro Sánchez se presenta “de verdad” a Presidente del Gobierno en España, y escuchando a algunos socialistas de los de mando en plaza, a uno le da la sensación de que algunos socialistas piensan que los españoles somos imbéciles, tontos de baba e incapaces de saber diferenciar entre derechas e izquierdas. El PSOE puede intentar formar gobierno con quien ellos crean posible, pues todos los votos valen lo mismo y tan lícito es intentarlo con Ciudadanos, como con Podemos o el PP. Pero en sus decisiones viene el precio. E intentar decir a los españoles que lo que el PSOE ha elegido es otra cosa diferente a lo que en realidad es, resulta patético y poco serio.

Pedro Sánchez no va a lograr completar los pactos, excepto que les interese llegar a las abstenciones de forma táctica o bien a la gente del PP o a la de Podemos. Mucho más sencillo en el caso de los segundos que en el de los primeros. Pero eso sería un gobierno de un año, y todos los saben. Mal menor, eso sí. Pero España necesita otra cosa, una tranquilidad de al menos dos años. Cosa improbable. Las abstenciones sirven, pero para poco.

Podemos ha jugado muy mal. El IBEX 35 muy bien. Y los resultados son y serán los inevitables ante estos movimientos. ¿Y el futuro? Pues queda tiempo, quedan negociaciones, todo puede cambiar e incluso Ciudadanos lo sabe y lo teme. Lo ideal sería contar con unos apoyos suficientes, lo repito, con apoyos de Ciudadanos, Podemos, Unidad Popular, Compromís y PNV, desde fuera y para la legislatura o con la entrada puntual de algunos ministros específicos que podrían acompañar a otros independientes y muchos socialistas. En este caso Podemos siempre seguiría en la oposición de izquierdas, asentando sus opciones. Y el PSOE lo sabe. Un gobierno parecido al de Aragón. En la negociación no nacida con Podemos ha primado más la táctica política de futuro que la gobernabilidad de España. Al PSOE no le interesa un Podemos que se vaya asentando. Y a Podemos no le interesa un PSOE que demuestre ser capaz para resolver y construir. En esas estamos.

Estos niños de Bruselas se harán adultos. Y crecerán en el odio

Esta imagen es Bruselas, es la puerta de la catedral de Bruselas, la capital de la Europa rica, donde los millones del Parlamento Europeo y la Comisión sobran. Si no somos capaces de creer en Europa, de lograr una Europa que entienda a las personas y sus problemas…, ¿para qué servirá Europa? Y lo que es más grave. Si no somos capaces de ordenar Europa, se nos desordenará definitivamente. Europa no puede dar los espectáculos tristes de Calais, sin perder el sentido de ser territorio válido para el futuro. Si no somos capaces de resolver los problemas de Grecia, de Macedonia, de todo el Mediterráneo, ¿para qué queremos a Europa?

Debajo de los cientos de edificios enormes llenos de oficinas de empresas que acuden a Bruselas a medrar, de lobbies escondidos que sólo piensas en los beneficios de sus inventos de empresas o de laboratorios financieros, se esconden estas familias.
¿Alguien cree que Europa puede mantener el engaño de que camina hacia la integración, cuando en muchos países hay colegios disgregados por religión, poder económico o por el color de la piel? ¿Es posible entender colegios totalmente diferentes a la realidad social de las calles?

En Bruselas las personas que están pidiendo por las calles húmedas van con niños en los brazos o son más jóvenes que los desamparados que vemos en España. A veces con un hijo tapado, otras con tres de diversas edades a los que sólo se atiende con mantas y algunos alimentos desde acción social. Las personas y familias también duermen en cajeros de banco o en pasillos escondidos de las estaciones de tren o metro. Quien no quiera mirar, no verá. Pero en breve les obligarán a ver, pues antes pronto que tarde, los huérfanos de justicia social la exigirán por las buenas o por la malas. Estos niños se convertirán en adultos.