Se reclaman desde las cuevas del miedo otros Pactos de la Moncloa, como si aquellos acuerdos sirvieran para algo más que para sentar las bases del miedo a la democracia total, de la paz social impuesta, del crecimiento de las élites económicas que pasaban desde la dictadura a la democracia cambiando las caras agrias por las simpáticas.
Con los Pactos de la Moncloa perdimos los trabajadores y ganó el “sistema” ya calmado y quieto. Nos dirán que no, que aquello sirvió para que España se pusiera en la economía mundial y sobre todo en la europea, pero es falso. Sirvieron para controlar la inflación, eso sí y es importante, pero pocos meses después ya empezaron los ruidos de sables que acabaron con el Golpe de Estado de Tejero de 1981, tres años después (y unos meses) de aquellos pactos firmados por todos. Curiosamente la AP de entonces, el PP actual, no quiso firmar el documento político y sí el económico. Y ahora son los firmes adalides de otros nuevos Pactos de la Moncloa. ¿Les creemos? La economía creció pero no se detuvieron la fuga de capitales hacia otros países ni los fraudes fiscales que iban en aumento. Es decir, se logró que los trabajadores frenaran el crecimiento de sus sueldos a través de sus convenios colectivos y lucha obrera, pero no que los que tenían el dinero siguieran jugando con él.