El nuevo paso dado por Cataluña es complejo de resolver con las herramientas con las que Mariano desea actuar. España ha perdido el tiempo, el camino, las soluciones normales.
Este documento dado a conocer ayer, lo aprobarán en forma de voto secreto una mayoría de parlamentarios en Cataluña. Ellos serán los responsables legales de la medida, y no un Presidente que al final será quien avance en el camino de la independencia, pues alegará que sólo obedece un mandato recibido por un Parlamento. Y al ser la votación secreta, legalmente no se puede inculpar a ningún parlamentario en concreto por votar una ley o una norma aunque sea anticonstitucional.
Alegar que esa mayoría parlamentaria es en realidad una minoría de votantes es otro error legal, pues no sirve para nada pensar eso aunque sea verdad. Ese camino conduce a reconocer que cada voto no vale por igual, tanto en Cataluña como en un Ayuntamiento de Granada o en el Congreso de los Diputados en Madrid. Lo único que cuenta legalmente es el número de representantes elegidos, aunque moralmente no tenga ningún sentido social que con una representación política de la minoría de votantes se tomen medidas contra la mayoría.