26.10.15

En España no sabemos quien es más incapaz, si la derecha o la izquierda

Que la izquierda en España nos presentemos juntos debe ser imposible. Cambian los líderes pero no avanzan las ganas de ponernos a trabajar unidos, en una dirección clara y fácil para que la entiendan todos los españoles. Así que ante la incapacidad social del PP por vertebrar una España capaz, debemos asumir que existe la incapacidad de toda la izquierda para ponerse a trabajar unida, sabiendo además que es la única forma de lograr objetivos.

Cuanto más se pide la unión de la izquierda, más izquierdas pequeñitas van surgiendo. Somos como setas. Ante la humedad de un Partido Popular que ha convertido a la sociedad española en un montón de incapacidad y pobreza, surgen decenas de champiñones por las izquierdas, quejándonos de lo mismo y sin ser capaces de sentarnos a trabajar juntos por los que sufren. Y si arece que lo hacemos es con trampas que incluso nosotros mismos nos creeemos y callamos.

Así que en los humedales del PP están todo el día de cava y cenas de celebración. La izquierda les estamos obligando a convertirse en cirróticos perdidos. Y la izquierda que parece liderar, se nos desinfla o se cambia, se disfraza o se lee un par de libros de venta de coches usados y se los cree. Eso mezclado con los infiltrados de la derecha que se nos cuelan a puestos de salida, nos están convirtiendo en la risa o en la nada. Que no sé qué es peor.

La izquierda en España es la mezcla perfecta para hacer una buena sopa de pescado. De todo y de nada, pero no por culpa de nadie sino de todos. Cuando hace cuatro años ganó un Rajoy triunfador dije sin reparos que teníamos PP para una década. Luego vimos que aquello era posible revertirlo pues Mariano era mucho peor de lo que imaginábamos. Y nos surgió un amanecer con luz, una suma de posibilidades que parecían alumbrar nuevos caminos. De aquello nada de nada. Mariano ha demostrado que es peor de lo que imaginábamos hace 3 años, pero también que todos los demás no estamos preparados ni para hacerle sombra. Jodo pedrín. La suma de los errores de la izquierda es superior a la suma de la incapacidades de la derecha.

25.10.15

Todos tranquilos. Aún podemos ir a peor

Como muchos de vosotros estoy mirando los sondeos electorales que se están publicando y me entran ganas de llorar. Pero yo no pienso ponerme a llorar por esto. Y lo hago con facilidad en otros asuntos, pero no ante la tontería manipulada que admitimos con gozo.

Ayer Muñoz Molina escribía un artículo en El País para hacer llorar sobre la realidad de la educación pública en España. Tampoco lloré. Me estoy volviendo un duro. Casi un agnóstico social y político. ¿Por qué lo permitimos? Pues no lo sé. Eso es lo curioso en todo esto, que lo admitimos, que nos parece bien y callamos.

El espíritu del 15M se ha ido. Me contaba el otro día una amiga que los muertos se quedan entre nosotros un tiempo, que necesitan un tiempo para irse, para hacer el traslado. Y que en eses tiempo están con y entre nosotros, interactuando y viviendo en los mismos sitios de siempre. Hasta el día que se vean del todo, hasta que efectivamente el alma se muere si entendemos que morir es partir. El “alma” del 15M ya ha partido. Y no hemos aprendido nada. Es cierto que de aquello sólo era posible aprender del espíritu que emanaba, pues era muy teórico y abstracto, pero ya no queda ni el color ni las formas.

Creamos empleo. Por horas pero lo creamos. Ya no debemos tantas hipotecas pues quien no puede pagarlas ya ha sido desahuciado y el resto va pagando desde el año 2007 ocho años y queda menos. Pero aunque siguen saliendo corrupciones de todo tipo parecemos vacunados, acostumbrados a todo. Incapaces de mirar a Europa como no sea para reírnos de ellos. Es lo mismo que hacen los europeos de nosotros.

A ciertas edades, como la mía por poner un ejemplo, lógico sería estar callado y dedicarme a jugar al guiñote. Pero ha salido raro y me quejo. Eso sí, sin llorar. Ahora ya lo hago como muchos de vosotros, con la media sonrisa que me dicta saber que efectivamente, toda´via podemos ir a mucho peor.