6.10.15

El problema de los trabajadores "columna" en las empresas

Nada hace más daño a las organizaciones, a las empresas, que los trabajadores “columna”, esas personas que ya quemadas son simples columnas que no hacen nada que no sea lo mínimo indicado en su hoja de ruta laboral. No se implican, no colaboran, no piensan, no rinden a diferente velocidad según el momento, no avisan, no hablan.

La realidad laboral del momento ha hecho que estos trabajadores aumenten. Y es uno de los principales motivos de nuestra baja productividad aunque le dediquemos muchas más horas de trabajo que en otros países. Son puestos de trabajo mecánicos, mal ejercitados, llenos de ausencias de todo tipo, sean de minutos o de semanas, bajas laborales, conflictos, problemas. Y siempre terminan igual, con el despido y la vuelta a los mismos errores por intentar contratar a personas en la mismas condiciones.

Suelen ser trabajadores que proceden de las ETT, pero también colaboradores de la empresa a los que hemos quemado por diversos motivos, gente a la que hemos contratado en prácticas y los hemos olvidado en un rincón con unas perspectivas no cumplicas, genete a la que no hemos formado y que nos conformamos con que sean meros ejecutores de órdenes repetitivas, trabajadores que vuelan de un oficio a otro según momentos, trabajadores a distancia sin implicación, personas que han avanzado de edad y no hemos sabido entender su anterior implicación y la disposición según la edad física o mental, etc.


Quien sale perdiendo es el trabajador, pero a continuación la empresa y la economía de la sociedad al final. La vitalidad de las organizaciones productivas depende de sus integrantes. De todos ellos. Quien piense que estos casos solo se dan en peones o puestos de trabajo de bajo nivel se equivoca. Lo grave es que abunda en puestos de trabajo de medio perfil pero también de perfil alto. Efectivamente en estos puestos el trabajador ya sabe disimular, disfrazarse, regatear la pelota. Pero la implicación es la misma. Mucho menor a la deseada, en tiempo y sobre todo en calidad.

Una persona “columna” es además un mal ejemplo para la organización pues tiende a contagiar su problema. Sirve de espejo a los demás. Y si la solución es el despido la realidad es que se vuelve contra toda la organización pues es en ese momento cuando más se ven en el espejo una parte importante de todos los integrantes. Sobre todo si es una persona con muchos años en la empresa.

¿Soluciones para revertir la situación de los trabajadores “columna”?  Lo fundamental es detectarlos, pues no siempre es fácil, aunque parezca lo contrario. Luego sin duda hablar con ellos y ser serios. Analizar sus razones, que las tiene aunque no las compartamos y a partir de un estudio con sentido común ver de revertir la situación con cambios en su puesto de trabajo, en las relaciones con el equipo, etc. Pero nunca a cambio de nada. Siempre debe haber cambios y contraprestaciones desde ambos lados. La empresa modifica sus realidades pero a cambio se avisa de que se van a medir las nuevas realidades y si los cambios no satisfacen a ambas partes hay que tomar una decisión quirúrgica. Lo importante es implicar a todas las partes en la realidad. Incluidos los sindicatos si fuera necesario.

5.10.15

La depresión es una enfermedad grave de la que se sale bien aunque cueste mucho

A veces el dolor se vuelve oscuridad, se torna tristeza inmensa y se rompe algo por dentro que te atolondra y te hace todavía más débil. Es el momento del peligro. Son los instantes en los que todo parece tomar luz y uno se equivoca pensando que ya ha encontrado la solución fácil.

Nada es sencillo, tampoco vivir. Pero a veces lo complicamos nosotros mismos un poco más. Retírate. Solo unos centímetros. Deja de pensar con un lado cerebral y cambia de lado. Tranquila, relájate, no te pido nada extraordinario, sólo que respires profundamente y pienses. Tú depende de tí. Y eso es fabuloso pues nadie te peude mandar. Solo tú.

¿De verdad ya no puedes hacer nada más que lo que has hecho hasta ahora? No. Lo sabes. No. Eres muy capaz de hacer más, aunque sea muy complicado. Simplemente manda un emoticón a un amigo. No esperes respuesta. Eso no. Simplemente piensa que a él le has hecho sonreir. ¿No te parece suficiente?

Toma una libreta, de papel o digital, y apunta lo que estás pensando ahora mismo. No lo guardes, lo lees una vez escrito y lo vuelves a leer otra vez más. Luego lo rompes. O lo guardas. O te ríes de lo que has escrito. ¿Cuánto hace que no has acariciado a un perro o a un gato? ¿y visto una película con el sonido a tope? ¿cuánto hace que no te has masturbado? ¿y tomado un copazo? ¿y mirado al espejo y te has reído de tí misma? Eres feo, feo de cojones, y eso qué importa ¿no? Sal a la calle y cómprate un capricho inútil. Tienen que ser inútil del todo. Lo miras, lo lanzas al suelo con rabia, lo pisas y te ríes mientras lo destrozas. Es eso, sólo un capricho, una tontería, pero lo has destrozado tú. ¿Te sientes mejor? Un abrazo