12.6.15

Cambio y ampliación en la división de las clases sociales

Hasta ahora había izquierdas y derechas pues la lucha de clases era casi un elemento subsidiario entre las ideologías. Todos teníamos claro donde se debía posicionar cada persona. Pero poco a poco nos hemos ido dando cuenta que en su libertad y por muy diversos motivos, esto no era así y crecía esta divergencia.

Muchos trabajadores de duros turnos laborales votan a los conservadores, donde en teoría están los empresarios que les sisan derechos, sueldos y calidad de vida. Algunos pequeños empresarios votan a la izquierda sabedores de que el mundo necesita ser más humano.

Así que como posibilidad nueva está surgiendo dividir a la sociedad entre los de arriba y los de abajo en un uso curioso del idioma, sobre todo por parte de Podemos. ¿Pero solo arriba y abajo? ¿Y los de en medio? Pero sobre todo ¿y los que ya están fuera del sistema, los que ni tan siquiera son de abajo?

Las clases sociales se están moviendo. Crecen las clases altas y bajas, disminuyen las clases medias y sobre todo ha nacido la clase de los desplazados, de los que no tienen clase, de los que tienen que vivir a costa de sus familias, de las ayudas sociales, de la subsistencia. Esos no son clases bajas, pues sumarlos todos supone que las personas con ingresos bajos no recibirán ayudas para que tengan una vida digna. O separamos en dos grupos sociales estas diferencias pues son también diferentes las políticas de ayuda y crecimiento que hay que realizar, o no estaremos trabajando bien.

Ambos colectivos sociales y de clase necesitan ayuda, pero es muy diferente. Por un lado hay que potenciar las ayudas a los que no llegan a fin de mes y pueden perder lo poco que ya tienen. Pero por la otra hay que buscar fórmulas políticas para que este grupo social de los desplazados, jóvenes en muchos casos, logren reincorporarse a la vida social no solo desde el punto de vista económico básico, como sobre todo en el de la producción, formación, reciclaje laboral, autoestima, consumo incluso, para reengancharlos como ciudadanos comunes. El grave problema en estos momentos es un auténtico agujero social de una generación sin futuro que puede ver como son empujados por la nueva generación que ya está llegando con brío y cambios.

10.6.15

A veces ver una exposición puede ser peligroso para la salud mental

Uno a veces entra donde no debe, pero entra. Ayer en La Coruña y tras ver una exposición del primer profesor de Picasso, su obra y los inicios del Picasso niño, en el mismo edificio de la Fundación Abanca, antigua Caixa Galicia, se ofrecía una exposición de la Policía Nacional. Jodo Pedrín.

 Al entrar todo bien, banderolas, emblemas, un traje entero de antidisturbios y..., enseguida vimos que no era solo una exposición de la Policía Nacional sino del grupo de antidisturbios en su no sé cual aniversario. Decenas de fotografías poblaban la sala nada más entrar, llenas de sabrosas intervenciones de esas que a veces publico yo en mis blog, pero con criterios diferentes a los suyos. Para mi, pegar y ensangrentar a una personas que hay que desahuciar es una cabronada, nunca un elemento para montar una exposición.

Pero además teníamos una amplia y excelente colección de pelotas de goma según años y colores, cascos y escudos de plástico, elementos varios para pegar, incluida una gran vara de plástico que dices es solo para entrenar. ¿Para entrenar para qué?

Aguantamos como machotes la exposición llena de soldados de carne y hueso deseosos de explicar para qué sirven esas cosas que colgaban de la pechera en los maniquíes, pero os juro que las fotos ni las miramos más que de reojo, no fuera a notarse mi cara de asco. Uff. Salimos con ganas de irnos al wc. Donde coño nos metemos, por viajar entre tierras conservadoras. En otras ciudades estas exposiciones no me las puedo ni imaginar en salones de un banco privado, en el centro de la ciudad.