3.5.15

Juguemos a los cubiletes políticos de las dudas

Al PP le está haciendo la campaña electoral el demonio, pues tras lo de Catalán, lo de Rato o lo de Pujalte le sale ahora un Rus en voces propias para que no se nos olvide de qué madera están hechos muchos conservadores populares. Pero los sondeos son tercos y siguen dejando claro que el PP tiene poder y sonido, fuerzas ocultas que le siguen empujando a mantenerse en el gobierno de todo tipo. Algo nos falla a los españoles.

El factor miedo es fundamental en política, pues muchos asocian política con economía, y aunque saben que hay muchos españoles pasándolo muy mal, ellos están bien. Puede que algo peor, pero todavía bien. Y eso cuenta a la hora de decidir qué hacer con el voto. Como además los partidos novedosos no quieren decir con claridad qué quieren hacer, los temores al desconocimiento hacen mella.

No pienso decir que la izquierda española se lo está poniendo muy fácil, así que no lo digo. Pero la verdad es que sin aclarar si la izquierda existe como existe la derecha o es todo ya una sopa de letras donde lo que importa es gestionar a las personas y sus posibilidades y necesidades, nos adentramos en las semanas decisivas donde a todos les tiemblan las piernas pues no hay nada decidido.

Visto que nadie va a ganar por KO y que los ciudadanos jueces están muy dispersos y algo alicaídos, lo que toca es desear que nadie se equivoque más de la cuenta, pues en estas tres semanas un fallo supone que no dé tiempo al olvido. Campaña electoral barata, con gran presencia de los líderes para demostrar que se está en todas las partes como aquel dios que nos vendían los curas en catequesis, y a esperar toca. Algunos saldrán reforzados, pero la sensación es de que todos van a perder y que a su vez todos van a decir que han ganado. En política todo es posible, incluso jugar a los cubiletes.

En política sólo es posible aguantar dos legislaturas sin poder

En política —que muchas veces no es más que sociología en grupo que aspira a gestionar en vez de al análisis individual— se sabe lo que va a suceder con anterioridad a que los ciudadanos tomen la decisión de acudir a votar, lo que no sirve para evitarlo, todo hay que admitirlo, sin restarle un ápice de valor a los sondeos electorales, que lo tienen y mucho. Y no solo para informar, sino también para manipular.

Está demostrado que cuando un partido político lleva dos legislaturas sin tener poder de verdad, se hunde en la defenestración social. Primero dejan de creer en él sus votantes para a continuación y ya quemados, dejar de creer los militantes entrando en batallas internas o en una desafección progresiva y mortal. No debo poner ejemplos pero los hay en todas las ideologías y en muy diversas épocas del anterior e incluso ya de este mismo siglo.

Por eso y asumiendo que los tiempos se aceleran una barbaridad, saben en Ciudadanos y Podemos que tienen solo dos posibilidades de no desaparecer y sólo una de no tener poder. Si tras las municipales y autonómicas no logran por decisión de los votantes o por tácticas políticas propias, tener el poder que se les espera, tendrán muy complicado revalidar las esperanzas de ser algo en política.

El votante intenta siempre votar a caballo ganador. Al ser humano le gusta pertenecer al equipo que gana y fardar en su interior al menos de la importancia de su granito de arena. Y odia o se desencanta hasta el infierno si asume con anterioridad que está tirando su voto a la nada. Esto lo saben bien aquellos que cocinan los sondeos, pues es una de los atractivos para manipular conciencias antes de acudir a votar. Y lo saben los políticos que intentan siempre aparecer como ganadores aunque sus propios sondeos ya les adviertan de que las cosas está caminando muy mal.

Así que sin duda, tengan en cuenta que quien no gana, en realidad pierde gran parte de sus posibilidades de seguir con vida. Sobre todo si la pérdida de poder se repite durante dos legislaturas. O se reinventan o se hunden en el fango.