26.1.15

La calidad total es el diferenciador del futuro

Una vez que hemos vencido "la cantidad" como elemento que propicia la rentabilidad de un negocio, de un proyecto, con tecnologías cada vez más capaces de modular las actuaciones de todo tipo, sean servicios, producciones o ideas, nos queda el siguiente reto, mucho más complicado de hacer bien.

"La calidad"

Es muy fácil lograr la cantidad necesaria hasta lograr que "algo" sea rentable. No tanto conseguir vender esos "algo" y con ello encajar la producción con el stock y la rentabilidad. Lo que separa la posibilidad de que eso se produzca sin muchos problemas es "la calidad" total y de servicio postventa.

Cuando hablamos de calidad no nos estamos refiriéndonos solo a un producto duradero, sino que sobre todo llene las expectativas del comprador. 

Pero también que produzca un valor añadido a los mismos servicios de la competencia, que detrás y dentro tenga un equipo de soluciones por si algo falla, que tenga un proceso de mejora continua, que esté dentro de una organización que haya comprobado todos los procesos del servicio o la producción, que contenga parte de un proceso de economía del bien común, que sea ético el producto y sus relaciones laterales con lo que le rodea en el mundo empresarial, que sea parte de una marca seria que busca seguir contando con los mismos clientes.

La calidad total es el valor añadido de los nuevos tiempos que lleva alguna década procurándose como elemento diferenciador a la hora de entrar en mercados nuevos pero sobre todo de no salir de ellos empujados por una competencia cada vez más dura. 

Los departamentos de calidad ya saben que no solo es necesario hacer partes de no conformidad, de mejora de procesos, de control de proveedores, de optimización de los tiempos o de mejora de las relaciones laborales. 

Ahora también hay que analizar aquellos conceptos mucho más complejos de dejarse analizar como la relación financiera, la innovación, las inversiones, las mentalidades directivas, el tamaño de las empresas, el crecimiento o descrecimiento, etc.

Grecia es el laboratorio donde España va a probar su futuro


Tras Grecia viene Andalucía en un año electoral —2015— de lo más entretenido y donde los cambios políticos van a configurar el camino de la nueva política. Y de las nuevas decisiones. Y esperemos que haya margen para esas nuevas ideas, pues nadie es capaz de imaginar un escenario donde los nuevos proyectos políticos fracasasen. Fracasar tras destruir lo viejo supone quedarse desnudo ante la violencia de una sociedad muy asqueada con casi todo.

Grecia y Syriza va a ser el laboratorio en el que aprenda Podemos, es decir el futuro de España. ¿Pero solo va a quedar en España la opción de Podemos? 

Sería un inmenso error político del que seríamos todos responsables, que junto a las opciones totalmente nuevas no existiera una posibilidad de diversas políticas con experiencia, aunque fuera gestionando desde la oposición los nuevos caminos e identidades. 

En Grecia junto a Syriza van a entrar hasta seis opciones políticas estatales bien diferentes en un Parlamento nuevo que puede ser una jaula de grillos. Dos opciones socialistas, una opción comunista, una de independientes, otra de extrema derecha más la conservadora y mayoritaria como oposición. 

Todo un abanico de dificultades minoritarias pero necesarias casi todas para que se configure una representación social amplia y democrática.

En España junto a un Podemos en ascenso sobre todo si Syriza lo hace medianamente bien, tendremos también un PP como líder de la oposición. Un partido socialista que nadie se atreve a medir en su declive. Dos opciones que dicen llamarse centristas como Ciudadanos y UPyD, una opción comunista una vez limpios de paja como IU y varias opciones nacionalistas muchas de ellas conservadoras. Como vemos casi un espejo al Parlamento de Grecia.

Grecia va a ser el laboratorio donde los españoles vamos a fijarnos desde la grada. Quedan pocos meses para jugar con la gaseosa.