25.1.15

El Pasok griego ha muerto. ¡Viva el Pasok!

Todo parece indicar que el PASOK griego ha muerto. ¡Viva el Pasok! Sería la única exclamación que podríamos añadir a una muerte anunciada por los desatinos en su dirección política y en su saber adaptarse a los nuevos vientos. Esto no es de ahora, sino una caída que lleva años gestándose sin que nadie desde dentro haya sabido encontrar la medicina adecuada para evitar su muerte.

Un partido que en algo más de dos décadas pasa de un 45/48% de los votos a incluso menos de un 5% sabe que además de cambios sociales existen cambios internos y políticos que los han llevado a la nada. Cuando veas las barbas de tus vecinos mojar, lo mejor es rasurarse o ponerlas a remojar para que te pillan prevenido. En Zaragoza no entraría ni en el Ayuntamiento.

No es que hayan fracasado las ideas socialistas, simplemente es que se han devaluado por no saberse explicar y por jugar con ellas hasta torcerlas y retorcerlas. ¿Cuántos griegos o españoles sabrían explicar en qué consisten la ideología social o económica del socialismo europeo? ¿Cuántos griego sabrían explicar las diferencias ideológicas reales entre el Syriza actual y el Pasok del año 1977?

Un partido como el Pasok que en solo 3 años es capaz de pasar del 44% al 13% de los votos entre 2009 y 2012, es un partido sin rumbo, sin cabeza, sin remedio. Más si hoy cosecha como todo apunta menos de un 5% del voto, quedando en sexta posición política.

Cuando las sociedades se mueven y se modifican las clases sociales hasta entrar en empobrecimientos salvajes, es normal que las personas busquen culpables y busquen salvadores. Sucede en Grecia pero también en España. Ya no es solo la ideología, es también la búsqueda de los que han tenido algo que ver con la responsabilidad de la situación que tienen que sufrir. Y eso acaba con las tonterías del trampantojo político de algunos.

24.1.15

Vuelve Aznar. Que se preparen Rajoy y las encuestas

Como amigo este blog de analizar los ejercicios de comunicación política, debo reconocer que pocos discursos en los últimos meses —por no decir años— han sido tan de libro, tan bien estructurados, tan de estadista popular y populista, tan beneficiosos para sus propias ideas, que el realizado por José María Aznar ayer en la Convención Nacional del PP.

Aznar ha vuelto aunque él diga que no, sabiendo que cambia sus palabras para seguir estructurando un nuevo proyecto. Ha vuelto sin saber tan siquiera si le van a dejar entrar, pero ha vuelto hablando, explicando, diseñando el futuro que ellos ven para España, empleando la pedagogía política y social aunque sea la suya, diseñando un diagnóstico de España y del Partido Popular y lo que es más importante recetando todo un gran listado de fórmulas magistrales para curar los trastornos y las enfermedades más graves.

Queda claro que a Aznar le creerán de entrada solo parte de los suyos, otros desde dentro ya le odian desde hace tiempo, y que su discurso solo busca amplificarse para que cale en la sociedad que lleva años escondida en la miseria y sin oír un discurso conservador que sirva para algo. Ha vuelto Aznar con todas las de la Ley y espera que los gritos de los medios le reclamen como el Gran Salvador. Solo remarcar dos frases que harán las delicias de los actuales dirigentes del PP que se están rascando las legañas para despertarse.


¿Dónde está el Partido Popular?
¿Aspira realmente el Partido Popular a ganar las elecciones?

Pero Aznar no solo da consejos al Partido Popular y a toda España. Bueno es él como para quedarse solo en eso, tras saber —e insistir sin que se note— que la filosofía Popular pasa por ser el Padre protector que ayuda a todos los que tienen problemas desde el orden y la Ley. Suena cojonudamente pero es la filosofía que sirve para que los ricos sean más ricos y los pobres más pobres, no hay que caer en las trampas filosóficas bien diseñadas desde hace siglos. Todo esto es de libro, de Primero de Políticas. Pero sigamos.

También dio diagnósticos para la izquierda en plan consejo y como amigo y deseoso de tener rivales dóciles contra los que ganar. Y nos mostró su idea de lo que realmente sucede en la izquierda, que viniendo de él resulta además de bastante cierta, para coger con detenimiento y hacerla caso. Y no lo digo con sarcasmo.

¿Quién ofrece para España un proyecto creíble, en el que confiar y que pueda ser útil? No lo tiene la izquierda que está dividido en tres: los que han decidido hundir su propio barco, los que están en la inopia y lo populistas. A todos se les cayó encima el Muro de Berlín y a algunos se les va a caer ahora los cascotes del fracaso del chavismo

En realidad en esta frase está contenido todo el mensaje de ataque que el Partido Popular va a dirigir contra la izquierda española en las próximas citas electorales. ¿Sabremos desde la izquierda defendernos?