11.11.14

La importancia de las recompensas en los niños para aprender mejor

Para aprender se necesita recompensar. Siempre, pero en los niños también. Con los matices necesarios pues tanto se puede hacer bien como mal. Una recompensa para aumentar el aprendizaje debe ser casi constante, leve y nunca potente, adaptando los retos a la capacidad de cada niño. Todas las comparaciones son odiosas y entre niños puede crear enfermedades.

Nunca debemos exigir al niño un ritmo de aprendizaje más alto del posible según sus capacidades. Pero también hay que tener en cuanta que debemos recompensar los avances logrados sin dinero, sin objetos, pero sí con premios.

No estamos acostumbrados a premiar con algo que no sea dinero u objetos, creemos que no hay más elementos de premio. Pero hay muchas opciones más. Compartir tiempo con ellos es una muy importante, alabar su esfuerzo es otra, darles seguridad también, llevarlos a donde ellos quieren pues les gusta, enseñar a los familiares lo que han logrado, una palmadita en la espalda y que sepa que nos hemos enterado todos de su avance.

Es mucho más eficaz premiar que castigar. Es mucho más eficaz apoyar positivamente que reprender negativamente. Aunque para los padres sea más sencillo lo segundo. Y nunca pidas a tu hijo aquello que ellos no pueden conseguir. Creará frustración.

Si la Justicia tiene que resolver el problema política de Cataluña, no entendemos nada

Cuando los políticos mandan a la justicia para tapar lo que ellos no han hecho, no han sabido, querido o intentado, sale perdiendo la política y no gana nada la justicia pues se le obliga a tener que hablar cuando el problema es político.

Que el Gobierno del PP acuda a la Fiscalía cuando hay un problema política que está creciendo por la inanición de muchos políticos de variada ideología, es un error. Demuestra que el papel de los políticos sobra en parte, pues cuando vienen duras acuden a preguntar a la Justicia para que sean los jueces los que intenten resolver la situación.

La Justicia se basa en leyes que les han dado los políticos y está para interpretar esas leyes. Cuando el asunto es político, inevitablemente pues no son máquinas sino personas, hay un componente de interpretación más complejo que en un asunto violento. Exigir que sea el Tribunal Constitucional cuando la Reforma del Estatut nos trajo esta situación. Volver a lo mismo ahora con una consulta de cartón que hay que resolver con el diálogo SIEMPRE, no hay otra solución, es otro error.

¿Alguien es capaz de imaginar un futuro que no haga caso a los dos millones de catalanes que han hablado? ¿Alguien piensa que este problema lo pueden resolver los tribunales? ¿En serio hay que recurrir permanentemente a los tribunales para unas cosas, y en cambio nunca para otras?

Hay que cambiar a toda una generación de malos políticos, pero simplemente por que ellos se lo están buscando a bocados. Son incapaces y lo demuestran día a dia.