31.10.14

Los pequeños castigos a los niños deben servir para aprender

Los que tenemos canas venimos del mundo educativo como padres del castigo que lo empleábamos como casi la única herramienta válida. No habíamos recibido otra educación y la restringimos pero el castigo leve seguía siendo utilizado.

Como hijos y alumnos, los que hoy tenemos más de 60 años edad tuvimos que sufrir la herramienta del golpe físico. Pero ahora como abuelos nos vemos en la tesitura de dudar del lugar en donde estamos, pues no está claro el límite del castigo, aunque todos tenemos claro que debe ser leve. Pero incluso hay tendencias a que este ya ni exista.

El castigo sirve para educar, pero también a veces para mal educar, para aumentar los odios, las defensas, las reacciones. Para medir las fuerzas de unos y otros.

Cuando hablamos de niños pequeños la medida del castigo leve está claro. Debe consistir en entender que eso no está bien y en remediar el daño causado. Si ha tirado algo debe limpiarlo. Si ha roto algo debe saber que cuesta dinero y que debe participar en su coste. 

Incluso es bueno tratar el asunto con él mismo, negociar y admitir que sea él quien tase el tipo de castigo.

Pero a partir de ciertas edades el tema se complica. El mayor castigo suele ser la negación de los adultos hacia las peticiones de los niños. 

El NO no sabemos emplearlo bien los padres. El NO en todas sus vertientes y posibilidades, que son muchas. 

Cambiar un juego electrónico por un libro es una posibilidad, como es que tenga que ampliar sus trabajos de comunidad familiar. Cada niño es un mundo y las generalidades no sirven de mucho.

Los castigos solo sirven si realmente sirven. 

Si logran aprendizaje del niño, si se logra modificación de la conducta. Un castigo por castigar es absurdo, es negativo siempre. 

Solo aquellos castigos que siendo leves sirvan para que aprenda, se deben utilizar. 

Pero debemos reconocer que los castigos leves son una buena herramienta para aprender relaciones humanas, con la sociedad que rodea a los niños, para que sepan que el mundo no gira sobre ellos, sino que todos giramos junto al mundo y juntos en el mismo mundo.

30.10.14

Por favor, enseñarles a los políticos viejos a comunicar mejor

Hay pocas sensaciones más corrosivas, menos explicables, más tontas, que la incapacidad para comunicar de los políticos españoles en las dos últimas décadas. Increíblemente siguen y se acrecientan, sin saber bien cual es el motivo. Hay periodistas, buenos periodistas, profesionales de la comunicación, que deberían haber sido capaces de convencer a los políticos que así vamos muy mal.

Si Podemos está subiendo como el merengue es precisamente por la mala comunicación de los políticos actuales. Ellos ahora ya, están simplemente sonriendo, no se tienen ni que mojar en busca de su equivocación, les están haciendo todo el trabajo. Suben con aire, pero se endurecerán al contacto con el calor del horno de la sociedad. Que nadie piense que se desinflarán, aunque tampoco que se convertirán en acero a las primeras de cambio.

Hoy mismo veo que Rajoy, con la ayuda del PP ha decidido no explicar en el Congreso y en un Pleno extraordinario los últimos coletazos de la corrupción. Tremenda equivocación, aunque la verdad, llegaría muy tarde el cambio, son excesivos años de separación entre los políticos y la sociedad.

Hoy los políticos estamos en un campo de juego y la sociedad está en otro campo de juego. Pero entre un campo y el otro no nos separa una línea blanca sino el pasado.

No vale con pedir perdón, estamos en el siglo XXI, necesitamos información real, decisiones, explicaciones inmensas y extensas, seriedad y ganas de rectificar, y capacidad para interactuar con la sociedad y con otros políticos. En estos momentos los políticos viejos están asustados, no entienden casi nada, siguen creyendo que esto es un bluf, que a la gente no la entiende nadie. Piensan que van a perder su puesto de trabajo, lo que le alivia en muchos casos, pero no quieren hacerlo desde el empuje social hacia el vacío. Desearían irse ellos cerrando la puerta tras limpiar los cajones.

Pero lo cierto es que sobre los cajones vendrán otros a revisarlos, a rascar sobre las maderas podridas y eso acojona. La España actual no se regenerará en el 2015 sino a partir del 2016. Así que como sociedad un consejo: aprendamos a tener paciencia. Sí, más.

La imagen es de Andrea Comas.