Hoy no pensaba tomar un whisky tras la cena y un excelente Bach blanco semidulce. Pero por la tarde un golpe me había atacado la moral, con una amiga de 43 años que sufre el miedo de un cáncer nuevo del que espera el apellido.
Los ánimos suenas a deseos, las fuerzas cuando se tienen niños muy pequeños suenas a castigo absurdo, pues venimos de una educación del premio y el castigo. No hay suerte ni mala suerte. Hay casualidades y tropiezos, hay inexplicables retos. Hay siempre amigos que empujan y pequeñas luces de amor, de esperanza, de energía escondida.
Mi whisky sabe a madera dulce, a tiernas flores primaverales que no se doblan ante el viento fuerte, de bodegas con mucho trabajo hasta lograr un gran trabajo de recuperación de los sabores. Tras las noches de descanso siempre vienen las mañanas de duro trabajo nuevo.
23.10.14
El sueldo tiene mucho que ver con su propia capacidad de compra

En España hay un salario mínimo mensual de poco más de 645 euros brutos. Muy poca cantidad que tiene que ver con varios factores. Incluido la inflación constante, incluso con el cambio de moneda que cuando teníamos la peseta cambiaba según las necesidades económicas del país y hoy se mueve por vientos que no controla Epaña.
Si viajamos al Reino Unido es posible ver la imagen que os muestro. Una botella de agua mineral de lo más normal al precio de 2,19 libras los 750 ml. Es decir sale por unas 3,65 euros el litro. El SMI en España es de 645 euros. Tenemos para 167 litros de agua mineral al precio del Reino Unido. Pero en España es normal que un botellín de ese tamaño salga a unos 0,80 euros el litro. Si la compramos por garrafas puede salir a unos 0,10 euros el litro. Tremenda diferencia ¿no?
Los sueldos necesarios en Reino Unido tienen que ser mucho más altos para poder consumir la misma cantidad “de cosas” que en España. Que paguen más no quiere decir que se gane más. O que se tenga una capacidad de consumir mayor. Depende.
La capacidad de compra de las personas es un factor importantísimo, pues si no los países occidentales y consumistas no pueden funcionar. Necesitan que cada uno de nosotros podamos comprar, consumir. Es decir, necesitan que nos gastemos casi todo lo que ganamos como sueldo en casi todo lo que necesitamos para vivir.
Y necesitaremos consumir más o menos, según la producción de esa misma sociedad. En España como tenemos pocos millones de personas trabajando no es necesario consumir tanto como si tuviéramos cinco millones de personas más en capacidad de consumir a un nivel alto y por ello a esos mismos cinco millones de personas produciendo para lo que se consume. Puede resultar curiosa esta afirmación o liante. Pero lo cierto es que todo el sistema se asienta sobre el consume o la producción, las exportaciones y las importaciones. ¿Y las deudas?
Ese es el factor más complejo de encajar. Debe quedar un remanente para poder pagar la deuda que se arrastra. En los países, en los hogares, en las personas, en las empresas. Y todo debe encajar con otro factor manipulable: los impuestos. Y que son el factor que permite al Estado restar para el funcionamiento de este una parte del todo. Pero el todo debe encajar. Y dejar un poquito para lo que se llama beneficio o ahorro, según hablamos de empresas y producción o de personas y sueldos.
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